Economía de las familias venezolanas
En el Bulevar de Sabana Grande hubo poca afluencia de personas. Foto: Gleybert Asencio

Alberto Torres Márquez/Crónica Uno

Los últimos seis meses han sido todo lo contrario a lo que esperaba Gabriel a inicios del año pasado, cuando decidió postergar su migración al aceptar un trabajo como asistente virtual, a distancia, en una empresa extranjera que le pagaba entre 500 y 600 dólares mensuales.

Gabriel es hijo único y sostén de su casa, donde vive con su abuela y su madre, quien percibe alrededor de 150 dólares al mes como secretaria en una oficina privada.

Entre ambos sueldos, las pensiones y “rasguñando” los bonos gubernamentales, a lo largo de 2022 lograron cubrir los gastos de alimentos, medicinas y uno que otro imprevisto, pero cada mes les rendía menos el dinero.

La crisis económica venezolana, marcada por al menos ocho años de recesión, cuatro de hiperinflación y alzas constantes del tipo de cambio, sigue sin resolverse y uno de los síntomas que mantiene es el alto costo la vida, incluso en dólares, que desde 2019 ocupa gran parte de las transacciones y ahorros de los venezolanos ante la pérdida de valor de la moneda nacional.

Según estimaciones del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), al 15 de abril de este año la variación de precios interanual en el país fue de 535% en bolívares y cerca de 17% en dólares.

O visto de otra manera: si el año pasado, por estas fechas, una familia compraba uno o varios productos con 100 dólares, para mediados de abril de este año necesitaría alrededor de 117 dólares.

divisa estadounidense
Foto: Archivo

Freno al consumo varía entre ciudades

Gabriel es consciente de que su ingreso supera, por mucho, al promedio del resto de la población, que según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) llega a $141 en el sector privado y $35 en el público. Aún así, reconoce que han tenido que recortar gastos y limitar el consumo para comprar las medicinas de su abuela y los alimentos básicos.

Cedice estima que el consumo promedio de 61 bienes y servicios de una familia de tres personas en Caracas, Maracaibo y Valencia equivale a unos 490 dólares, con mayor peso en alimentos ($215) y servicios ($138) y sin incluir los gastos de salud. Pero la cifra es un aproximado y la realidad puede variar entre ciudades e, incluso, entre zonas de una misma ciudad.

Pero incluso entre las grandes ciudades, los precios y sus variaciones varían. En Caracas, según el último monitoreo de Cedice, la cesta de 61 bienes y servicios tiene un costo de 577 dólares, 25% más cara que en Maracaibo ($459,7) y 33% mayor que la de Valencia ($434,6).

¿A qué se deben estas variaciones?

Si bien es difícil determinar una sola razón detrás del aumento del costo de vida en dólares en una economía distorsionada como la venezolana, a juicio del economista y coordinador del Inflaciómetro de Cedice, Oscar José Torrealba, la principal causa es que hay más dólares (oferta) detrás de la misma cantidad de bienes y servicios (demanda).

«El Gobierno está emitiendo dólares a través de las mesas de cambio para sobrevaluar el bolívar. El dólar está más barato de lo que debería estar o el bolívar está más caro de lo que debería frente al dólar. La inyección de dólares en la economía explica porqué el costo de vida en Venezuela es más alto, dice el experto.

Torrealba explica que cuando hay mucho dinero en la calle, la gente está dispuesta a pagar más por las cosas” y, si la cantidad de bienes o servicios disponibles no aumenta de la misma forma, tiene un impacto directo en sus precios.

El economista añade que, por el lado de la economía real, también hay factores que inciden en la inflación en dólares. Las dificultades para producir, transportar mercancía, obtener combustible y la precariedad de los servicios públicos también tienen cuota de culpa en este fenómeno.

¿Se puede frenar la aceleración de precios en dólares?

El economista Oscar Torrealba asegura que, de mantenerse la tendencia actual, el 2023 podría cerrar con una variación de precios en dólares de 18 % anual, como estimación conservadora. En los últimos dos años, firmas privadas calculan que la inflación en dólares fue de entre 30% y 50% interanual.

Para que las variaciones puedan, efectivamente, disminuir, Torrealba señala que “hay que esperar cómo fluye la política de intervención cambiaria y la actividad económica en Venezuela”, al tiempo que se corrijan otros puntos que impactan, como la voracidad tributaria o el déficit fiscal, que impactan en la inflación en bolívares.

El problema no es la falta de dólares, el problema está en que la gente quiere deshacerse de los bolívares lo más rápido posible. Inyectas dólares para mantener estable el tipo de cambio, pero el problema de que nadie quiere mantener bolívares no lo solucionas. Es el círculo perverso de esa política cambiaria que se está haciendo en este momento, asegura Torrealba.

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