Los efectos negativos del confinamiento por la pandemia de la COVID-19 no fueron analizados de manera individualizada en los alumnos de los planteles del país, por lo que se corre el riesgo de que comiencen el nuevo año escolar sin estar preparados para los grados a los que fueron promovidos.
Esa es una de las mayores preocupaciones de la coordinadora de Padres Organizados de Venezuela, Adelba Taffin, ONG que desde hace dos años ha hecho un monitoreo en 14 planteles de ocho municipios de Carabobo.
“No existe un sistema de evaluación de cuáles son los conocimientos que tiene los estudiantes, no se sabe durante esos dos años de pandemia qué desaprendieron, y eso es sumamente necesario para que puedan comenzar un nuevo periodo escolar en condiciones idóneas, desde el punto de vista de su formación académica”.
De acuerdo a los análisis que han realizado, los alumnos están atrasados respecto a su formación y eso atenta severamente en contra de sus competencias educativas.
El balance del año escolar 2021-2022 es muy negativo. Taffin resaltó, que no hay suficientes docentes porque hay un déficit de más del 60 %, las clases, en el mejor de los casos, se impartieron dos veces a la semana, y “la educación en ruinas es un drama que vivimos desde hace varios años y se ha acentuado”.
Violación de derechos humanos
Los reportes de Cecodap son claros: Hubo mucha violación de derechos humanos durante el año escolar que concluyó en julio. Y no solo se trata de la educación, sino de una serie de derechos que están vinculados.
“El desabastecimiento en cuento a insumos de bioseguridad atenta directamente contra el derecho a la salud, que no haya suficientes cantidades de alimentos en el PAE también nos habla de una violación del derecho a la alimentación y a salud”, detalló la coordinadora de medios de Cecodap.
También se reportaron casos de problemas de movilidad tan severos que impulsaron a que algunas familias decidieran irse a otros estados, así como la falta de preparación para abordar la estrategia virtual. “Eso se convirtió en desmejora de la calidad educativa y si esa realidad se mantiene estamos poniendo en riesgo la sociedad.
Taffin alertó que existe un deterioro de más de 90 % de los planteles que, además, tienen severas fallas con los servicios públicos, mientras que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) llega solo a 50 % de las escuelas nacionales, y de forma irregular de una o dos veces a la semana manera deficiente una o dos veces a la semana, con alimentos de baja calidad, sin el contenido calórico que se necesita para que sean platos nutritivos.
El presidente de la junta transitoria de la Federación Venezolana de Maestro (FVM) en Carabobo, Luis Guillermo Padrón, señaló quede 100 mil alumnos que había en escuelas estadales de la región, solo hay alrededor de 42 mil, mientras que en las nacionales se pasó de más de 200 mil a 50 mil.
“Esto ocurrió porque muchos migraron a planteles privados por las precariedades de los públicos, pero en estos momentos ya no tienen capacidad de pago y la migración se está dando al revés… Lo peor es que la educación no es gratuita en el país, se gastan hasta 20 dólares al mes en transporte en un solo niño”.
Un triste panorama
El panorama para el año escolar 2022-2023 luce muy complicado. “No se ve de parte del gobierno la intención ni el compromiso de destinar el presupuesto necesario, no solo para invertir en infraestructura sino en transporte escolar gratis, programa de alimentación en condiciones idóneas y que sea suficiente para pagar a docentes y al personal administrativo y obrero los salarios que cubran sus necesidades y las de sus familias”, dijo Taffin.
Para ella se vislumbra muy preocupante la educación del país, en la que más del 80 % está en el sistema público en el que no se garantiza la educación de calidad prevista en Constitución.
