Aún es muy temprano en el silencio del amanecer de este día domingo. Todavía es pronto para aceptar la evidencia de que recibimos a un nuevo día, para despertar en una de las instancias de la eternidad del tiempo. Las últimas luces de la oscuridad se revuelven en debilitados espirales, y no logran fenecer. Finalmente, la oscuridad se agota convertida en suspiros residuales. … El amanecer nos llama, ya nos regala las primeras luces, pero todavía reina confusión en las consciencias de la gente. Pensamos como si no pensásemos, y dejamos espacios para que crezcan las incógnitas: ¿A qué tiempo de la vida hemos llegado, cuando son sólo ansiedades las que nos quedan? Hemos buscado en el pasado, al no encontrar en el futuro. Sólo caos inconcluso ha quedado al preguntar: ¿A dónde se han ido los años vividos?

Hemos soñado sueños confusos, somnolencias de cristal y sueños débiles; todos están perdidos, enredados en la configuración sinuosa de la topología cerebral, ese entramado físico desde donde fluyen las emociones y sentimientos, ¡esos que ahora no encontramos! Es como si hubiésemos entrado en otra estación de la vida, porque casi nunca nos preparamos para enfrentar esos cambios…

Pero es fácil reconocer las novedades vividas: Los dolores, la energía gastada, las pérdidas, las angustias; y los sueños agrios, del haber soñado sin tener sueños. Las suaves primaveras y los cálidos veranos se retiran a paso lento, dejan sus rastros, marcan huellas sobre los rastrojos. Los otoños nos llevan con rapidez a los fríos inviernos. Entonces, crecerán nuevas aventuras y los tiempos reactivarán sus ciclos de esperas, cuando todo parece diluirse, y lo que importa no termina de llegar…

Pasa pronto la vida, no siempre en presente, no siempre abrasándonos desde el pasado, no siempre parecida a los fantásticos viajes que hemos previsto. Pero tiempo es lo primordial que nos queda para iniciar y seguir. No podemos tenerlo todo a tiempo, pero podemos disponer cómo administrarlo, una vez llegado. Así son las ansiedades de un amanecer cualquiera. Las ansiedades llenan de angustias el amanecer. ‘Hoy’ es el nombre que podemos a este tiempo a vivir…




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