Restauración Catedral de Valencia, Luis Cabrera, 2014

Por: Luis Cabrera / @salteveneno

Es más común de lo que aparenta el hecho de encontrar confusiones entre la fotografía periodística y la documental. Existe una necesidad implícita de toda manifestación artística de clasificar, de identificar géneros que nos ayuden a entender la intención de la obra y su contexto.

Las diferencias entre lo periodístico y lo documental a veces nos llevan a transitar por conceptos hasta contradictorios entre sí, las fronteras entre uno y otro son sutiles. Bajo estos géneros, toda fotografía es testimonio de algo, y es a veces solo el tiempo quien podrá otorgarle la categoría de documento a una imagen.

Por lo que es obligatorio cuestionarnos y preguntarnos ¿Cuándo una fotografía es documental o periodística? De acuerdo al fotógrafo e investigador Pedro Meyer “la fotografía documental no determina si se va a publicar en un libro, en un periódico, en el internet o en donde sea. Tiene un interés en documentar alguna situación. El medio por el cual se canaliza no determina en sí el género de la fotografía documental.”

Por otro lado, la fotógrafa y ensayista Ireri de la Peña asegura que “lo documental abarca al fotoperiodismo pero el fotoperiodismo no abarca todo el documental. El periodismo tiene un objetivo muy claro… su salida en un medio impreso o en un medio digital”. Sostiene además que lo documental “es una postura autoral […] sobre algo que existe afuera”.

Esta última posición anima al investigador Enrique Villaseñor a situar al fotoperiodismo como un género de la fotografía documental. Es decir, uno con una postura menos autoral y más apegado a una línea editorial, con una función comunicativa directa. Y dentro del fotoperiodismo, plantea a su vez unos subgéneros como lo son la: Fotografía informativa, testimonial, foto ensayo (foto reportaje), y foto ilustración.

Hay algunas consideraciones generales de ambos géneros que no son discutidas por estos autores y son básicamente:

En el fotoperiodismo no hay mucho tiempo para investigar sobre el hecho, como fotoperiodista te notifican de una pauta y te diriges a ella, a levantar información in situ, realizar el registro de acuerdo al lineamiento y tratamiento que le dé el periodista a la nota, para que texto e imagen vayan en sintonía; y en el caso del diarismo, estar atento porque te vas a trasladar a otro sitio a otra pauta.

Para el fotógrafo documental, los tiempos son más holgados. Por ser temas autorales, tiene la oportunidad de hacer una investigación previa del hecho, hacer la visita, conversar con las personas involucradas, levantar un registro fotográfico, e incluso se puede plantear volver luego, y tantas veces como se lo permitan sus recursos o considere que ya tiene el trabajo listo. Generalmente trabaja en función de un ensayo fotográfico, un cuerpo de trabajo más amplio.




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