Por: Luis Cabrera / @salteveneno
De acuerdo a la RAE, la ética se podría definir como el conjunto de normas sociales que rigen la conducta de las personas en cualquier ámbito de la vida, desde lo cívico, lo deportivo, lo profesional. Es una especie de contrato social que heredamos de los estudios filosóficos sobre el bien y el mal, y del fundamento de los valores.
Ahora bien, el fotoperiodismo está envuelto en un gran manto de responsabilidad y por supuesto de fundamentos éticos, que garanticen cierto grado de veracidad, porque la cámara en sí no es suficiente. Bien lo enuncia Joan Fontcuberta durante una entrevista que le realizara La Vanguardia: “Una fotografía nunca es verdadera por ella misma. La técnica o la cámara no es garantía de objetividad”.
Las normas éticas no recaen en el dispositivo utilizado, sino en el autor, en el fotoperiodista, en sus prácticas y flujo de trabajo. Para la Associated Press (AP), los principios éticos del fotoperiodista son los siguientes:
● Sea asertivo y comprensivo en la representación de los sujetos.
● No permita dejarse manipular por oportunidades de puesta en escena.
● Evite estereotipar a sujetos en individual o grupalmente.
● Respeto y dignidad con el trato a todos los sujetos.
● Consideración especial a sujetos vulnerables y muestre compasión por las víctimas.
● No contribuya intencionalmente a alterar o influenciar en los eventos.
● No manipule las imágenes para dar una representación equivocada de los hechos o sujetos.
● No pague a fuentes o sujetos por información o participación.
● No acepte regalos o compensaciones de aquellos que quisieran influenciar la cobertura.
● No sabotee intencionalmente la labor o esfuerzo de otros fotoperiodistas.
Es una lista completa de principios que llaman a la reflexión y nos obligan a preguntarnos si realmente se cumplen a cabalidad. Algunos de los máximos exponentes del fotoperiodismo se vieron envueltos en polémicas por darle la espalda a algunos de estos preceptos, como Kevin Carter con la foto de la niña y el buitre, Joe Rosenthal con el izamiento de la bandera en Iwo Jima, y hasta el propio Robert Capa con la famosa imagen de la muerte del miliciano durante la guerra civil española.
El fotoperiodista lleva en sus hombros una gran responsabilidad, su trabajo puede incidir en la construcción (o deconstrucción) de la imagen que tendrán del hecho fotografiado. El caso de África considero que ha sido el más significativo, el fotógrafo ghanés Nana Kofi Acquah señala que “cuando eres negativamente representado en fotografías, se vuelve extremadamente difícil seguir adelante, es casi imposible, porque para el mundo eso es lo que eres, allí es donde estás, ese es tu país, es es lo que es, no cambias, no creces.”
