“La patria no es sólo la tierra sembrada y el terruño habitado. Los ciudadanos que todas las tierras nutren y acogen, han sido y son patria, también. Será esto así, hoy y por siempre, bajo el empuje de cada año nuevo y las luchas difíciles con cada amanecer de los tiempos. Patria habrá siempre, hasta en los más difíciles instantes de la nacionalidad, y mientras podamos respirar la más ínfima voluta de espíritu libertario. Habrá patria aun con una democracia debilitada, aprisionada y doliente como ahora la sentimos. Habrá una patria iluminada, que pueda sostener el rumbo y destino de la nacionalidad venezolana, por sobre las más drásticas condiciones culturales, sociales, políticas y económicas”. Asi pensaba el articulista que esto escribe, a fines del año 2016. Entrado el año 2017, revisamos ahora las ideas: Las expectativas, los proyectos y acciones apuntan hacia el rescate de las dignidades perdidas, hacia al control de los liderazgos desbordados, a ponerle frenos a los “próceres prefabricados”, y a sincerar el confuso “gentilicio” nacional.

Entereza, temple y autocontrol

Con el año nuevo, la Venezuela auténtica reactivará lo que con intensa saña y barbarie nos destrozaron meses atrás, en tiempos perversos. Con consciencia plena, haremos revisión de logros y fracasos, para reiniciarnos con visión de futuro actualizado. Relancemos a esta nación (llamémosle, simplemente, Venezuela), que espera de nosotros solidaridad, aun con las molestosas angustias de las expectativas difíciles, pero siempre con visión de país.

Venezuela no pierde la fe en nosotros. Venezuela es un clamor de rescate y una sacudida a los malos tiempos. Venezuela no quiere que mendinguemos el futuro, ni que hipotequemos las próximas generaciones de sus ciudadanos. Venezuela no quiere ver más manos “hinchadas”, de tanto aplaudir la mediocridad, y a los mediocres. Venezuela nos pide transitar, unidos, hacia una sociedad de emprendedores, educados en la excelencia, con gente forjada en los valores y prácticas del humanismo real. Venezuela tiene expectativas grandes: ¡Quiere una libertad no vigilada, ni condicionada! Una sociedad sin “oportunidades” compradas a plazos, o “ganadas”, en ilusiones, en las ofertas demagógicas de los mítines y shows populistas. ¡Una Venezuela plena en salud mental y rebosante de vínculos emocionales! ¡En fin, una Venezuela vivible! Esa es la patria deseada para este año 2017, y los sucesivos, por venir.

Todos cabemos en esa patria de gente diferente y pensamientos diversos. Porque la patria es lugar grande para escuchar y proponer, para apoyar y confrontar, para escuchar y cuestionar. La patria está completa cuando se gradúa de democracia auténtica, cuando se pueden escuchar las voces afectas, y las contrarias también. Sólo con este privilegio ideológico, como fundamento, podemos crecer, avanzar y desarrollamos.




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