Para asombro de cualquier persona, el antihipertensivo Valsartán llegó a pocas farmacias de Valencia, con el alarmante precio de 14 mil bolívares, en una presentación de 28 pastillas. Es decir a 500 bolívares cada una.
Para los hipertensos a quienes se les prescribió este medicamento es un duro golpe al bolsillo y a la salud, sobre todo para quienes sólo viven de la pensión de vejez del IVSS. Comprar una caja de estas pastillas implica que sólo le quedarán disponibles 14 mil bolívares de la pensión, eso sino tiene que comprar otro fármaco.
Hilda de Suárez acudió a la farmacia y cuando le dijeron el precio, optó por retirarse a continuar su peregrinación por encontrar un antihipertensivo.
“Esta debe ser la sorpresa que tenía Maduro para los pensionados”, comentó un tanto molesta.
La vendedora expresó que el medicamento estaba escaso y que la habían llegado siete cajas, pero no había podido vender la primera.
El diclofenac potásico de 30 pastillas, que costaba 600 bolívares la caja, ahora llegó a 2.688 bolívares. Es decir el precio subió cuatro veces más. Los pacientes se ven obligados a hacer el sacrificio para comprarlo, para no tener que soportar el dolor.
En recorrido por varias farmacias pudimos comprobar que siguen ausentes de los anaqueles los antihipetensivos, anticonsulvisantes, antibióticos, antidepresivos, antigripales, desparasitantes y para controlar la diabetes entre otros.
Quienes tienen vehículos pueden recorrer más fácilmente la red farmacéutica de la ciudad, pero el resto tiene que hacerlo en transporte público, lo cual es bastante incómodo porque implica invertir mucho tiempo y energía en la búsqueda.