Para los artesanos, mantener su negocio en pie, se ha vuelto una dura tarea desde inicios del año, esta realidad afecta a todos los usuarios que dedican su tiempo al comercio, y más en estas temporadas de visita a la Divina Pastora, así lo indicó el diario El Impulso.

Gran parte de los comerciantes informales hasta los mayoristas, se ven perjudicados por múltiples factores que los rodea, uno de ellos es la falta de efectivo, pues prefieren ahorrar para prioridades, en vez de invertirlo en alguna otra cosa. Por ello, la pregunta obligada de todo visitante es: ¿Tiene punto de venta?.

No contar con uno de estos dispositivos de comercio electrónico perjudica aún más a los comerciantes, que realizan un esfuerzo para tener un espacio en Santa Rosa y así vender sus artesanías, calendarios, comidas, entre otros. Mientras que otros puestos tienen punto de venta, se corre la voz para hacer un trato con el dueño del equipo tecnológico.

Los propietarios de estos puestos mantienen una relación agradable entre colegas debido a que se ven en distintas procesiones del país, como la de la Virgen del Valle y la Chinita en Maracaibo, confiesan que andan detrás de las vírgenes por su amor al catolicísimo que los conecta hacia el amor de Dios.

También son afectados
Cuando faltan pocos días para la procesión, los vendedores mantenían un debate de precios por vender más que el rival, sin embargo, esto ya no es posible porque si se vende un producto por debajo del precio pierden la inversión y no obtienen ganancias.

Uno de los vendedores explicó: “La gente no entiende el problema del porqué necesitamos efectivo, cuando vamos a reponer la mercancía que vendimos algunos locales no tienen punto de venta”.

Vender algodón de azúcar se ha vuelto una filosofía, el precio elevado del endulzante ha hecho que muchos comerciantes abandonen la venta de este producto por sus altos costos. “Esta situación ha generado un cambio drástico, ayer vendía los algodones en 10 mil, y hoy me informaron que subieron, entonces ahora los vendo en 15 mil bolívares. Llevo una hora en este punto y solo he vendido dos algodones”, explicó un vendedor.

Además, hasta las ventas de los calendarios están muy por debajo a lo esperado, a pesar de ser el artículo más económico, ronda entre los 10 mil bolívares.

Las ventas han cambiado para el pueblo de Santa Rosa en comparación con años anteriores. Aseguran que esta ha sido una de las peores crisis del comercio que han podido vivir en sus tantos años de participación.

Su fe está en el 14 de enero esperando con mucho fervor que la Virgen los ayude a vender su mercancía, uno de ellos realizará su promesa de obsequiar recuerdos de la Divina Pastora si logra vender gran parte de sus productos.




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