La Asamblea Nacional francesa votó este jueves a favor de prohibir a los diputados la contratación de familiares como asistentes parlamentarios, una práctica que provocó una enorme polémica durante la última campaña presidencial.
Esta medida fue una de las promesas electorales del presidente centrista Emmanuel Macron, después de que se revelara que la esposa del candidato conservador a la presidencia, François Fillon, y dos de sus hijos, se habían beneficiado de presuntos empleos ficticios como asistentes, por los que cobraron varios miles de euros.
Los diputados no podrán contratar a miembros de su familia más cercana (cónyuge, concubino, padres e hijos, así como los de la pareja) bajo pena de tres años de prisión y 45.000 euros de multa.
Podrán no obstante contratar a una persona con la que tengan “vínculo familiar” a partir del segundo grado, a condición de hacer una declaración al respecto.