La inflación medida por la Asamblea Nacional al cierre del mes de noviembre subió 17,8 puntos porcentuales en comparación con la reportada en octubre para ubicarse en 38,5%, la más alta desde agosto y luego de haber desacelerado la marcha en los dos meses precedentes.
Igualmente, la inflación acumulada en 2019 alcanza a 5.515,6%, cuando en octubre este indicador se ubicó en 4.035,2%, mientras que el comportamiento anualizado de los precios marcó un aumento de 13.475,8% en noviembre.
Con estos resultados, el diputado Ángel Alvarado, economista y miembro de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico del parlamento nacional, señala que las tradiciones navideñas están en entredicho, porque los costos de una cena navideña, los estrenos de ropa y calzado y las parrandas son sencillamente impagables.
El parlamentario señaló, además, que el Producto Interno Bruto del país se contrajo 43% al cierre del tercer trimestre, por la crisis del sector productivo nacional, entre otras cosas derivada del colapso de los servicios públicos, la contracción de la actividad crediticia y la inseguridad.
Alvarado destacó que el financiamiento monetario se ha incrementado 42.000% en lo que va de 2019, y con un Banco Central de Venezuela sin objetivos de política monetaria y un gobierno que tiene dos años sin presentar presupuesto público conocido, no se puede esperar que se controle «el enorme desorden monetario y fiscal».
El diputado ubicó el costo de la canasta básica alimentaria en 5.697.000 bolívares en noviembre, de manera que el salario mínimo nacional de 150.000 bolívares solo puede sufragar 2% de esta cesta; sin embargo, hay que señalar que el salario mínimo ha dejado de ser un indicador útil para medir el poder de compra de la población.
Esta canasta alimentaria, al tipo de cambio paralelo promedio vigente a este lunes 9 de diciembre, cuesta 126,6 dólares.
Alvarado señaló el problema que significa la contracción del crédito para la economía nacional, aplastada, además, por una apreciación real del tipo de cambio que hace que la importación resulte más rentable que la producción local.
Además, cuestionó el mecanismo de intervención cambiaria del Banco Central de Venezuela, a través de la inyección de euros en efectivo, porque el origen de esos fondos, en su opinión, no están claros y pueden comprometer a las entidades bancarias en problemas con las normas internacionales de legitimación de capitales.
Con información de Banca y Negocio
