A puñaladas asesinaron al pensionado Pedro Antonio Peña Bolívar (69), por reclamar que lo habían estafado con la venta de un celular usado, en el mercado de los corotos que instalan los fines de semana al final de la avenida Baralt, a la altura del Mercado de Quinta Crespo, en el centro de Caracas.
Peña fue mecánico durante su actividad laboral, se mantenía de su pensión y vivía solo en Santa Teresa del Tuy.
El viernes pasó por el mercado callejero y compró el celular, pero al llegar a su casa notó que no funcionaba y vino el sábado a reclamar.
Los familiares solo saben que vino a Caracas por el problema del celular y se enteraron de lo ocurrido cuando llamaron cerca del mediodía desde el CDI donde Peña estaba recluido.
Su único hijo fue a centro, lo encontró con vida y logró trasladarlo al hospital Miguel Pérez Carreño, donde falleció. El teléfono defectuoso desapareció.
Entre los 25 cadáveres ingresados a la morgue de viernes a domingo, se encontraba el de Jonathan Enrique Matos Campero, comerciante, de 33 años, residenciado en el sector UD-4 de Caricuao.
Matos era santero y fue el domingo al barrio El Onoto de la misma parroquia a visitar a su padrino en la religión. A las 2:30 de la tarde se retiraba, fue interceptado por unos maleantes que le dispararon en la cabeza y le robaron su moto Suzuki GN, color negro.
El hecho ocurrió cerca de la residencia del padrino de Matos, quien lo trasladó al hospital Pérez Carreño, pero había fallecido.
Matos Campero vivía con su madre y su hija de 12 años, y trabajaba vendiendo dulces criollos en los alrededores del Metro de Bellas Artes.
