La formación católica de Ysa Carrera es innegable. Ella, y su familia entera, ha estado siempre muy cercana a Dios. Pero hubo un episodio que cambió su vida y que la conectó con la fe que siente hacia el beato José Gregorio Hernández.
Ella es médico pediatra y durante el apagón nacional de marzo de 2019, ante la necesidad de sus pacientes de ser atendidos en consulta, pero con tantos problemas de combustible y de conectividad era una tarea muy difícil de coordinar.
Muy preocupada, le comentó este drama a una de sus tías y ella le sugirió que hiciera como José Gregorio Hernández y viera en sus casas a los niños que así lo requirieran. “Comencé a atenderlos a domicilio y ha sido una lluvia de bendiciones”.
Y no ha parado. Es una labor a la que se ha entregado y que ya tiene dos años realizando. “Él es como un modelo de santidad en mí en el ejercicio de mi profesión y por eso es una gran alegría su beatificación. Es algo que esperamos por años y hoy lo celebramos con un gran júbilo desde nuestros corazones”.
Pero eso no es todo. Durante el último año comenzó a indagar mucho más sobre la vida de José Gregorio Hernández y se dio cuenta que era políglota sin tener los recursos tecnológicos que existen hoy en día, y comenzó a estudiar idiomas.
Devoción por José Gregorio Hernández más allá de la medicina
Todos os caminos la han llevado a estar cerca del beato. Como parte de la parroquia eclesiástica Santa Marta, en Naguanagua, Ysa Carrera se convirtió en uno de los tres laicos que conforman la comisión por la beatificación de la arquidiócesis de Valencia.
Su petición a José Gregorio Hernández durante estos días ha sido muy clara: salud para todos y un país de crecimiento y oportunidades.
“Que esta Venezuela, como en la que él nació, que era pobre, con una gripe española, tantos problema como un régimen dictatorial en ese entonces, pueda darnos la oportunidad como la que él tuvo al ir de Trujillo a Caracas, formarse, y traer innovación académica desde otros países”.
