Rosario Sanchez mourns during the wake of his grandson Teiler Lorio, 15, who died during an attack by riot police and members of the Sandinista Youth in the neighborhood of Las Americas 1, in Managua on June 23, 2018. At least five people were killed including a baby Saturday when pro-government forces clashed with opponents in Nicaragua, according to reports from young people, the church and humanitarian groups. / AFP PHOTO / MARVIN RECINOS

Al menos cinco muertos, incluido un bebé de un año, dejaron ataques simultáneos de fuerzas combinadas del gobierno de Daniel Ortega contra una universidad y barrios de Managua, en un recrudecimiento de la represión de protestas opositoras, que en dos meses deja unos 200 muertos.

Desde la medianoche y por unas ocho horas, fuerzas de policías, parapolicías y paramilitares encapuchados, incursionaron en unos seis barrios del oriente de Managua y en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) -suroeste-, donde decenas de estudiantes están atrincherados.

«Cinco muertos, incluido el niño, pero podría haber más», dijo a la AFP Georgina Ruiz, activista del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).

Dos estudiantes murieron y otros 15 resultaron heridos en el ataque a la UNAN, principal universidad pública del país. Los otros fallecimientos ocurrieron en los barrios, entre ellos el del niño por una bala perdida que impactó en su cabeza.

«La policía disparó. Nadie me contó yo lo ví, eran policías y nos comenzaron a disparar. Espero justicia», declaró a la AFP la madre del bebé, Kenia Navarrete. En un comunicado, la Policía responsabilizó del crimen a «delincuentes» que asedian los barrios.

Las protestas comenzaron el 18 de abril contra una reforma a la seguridad social, pero se ampliaron para demandar justicia por las muertes y la salida del poder de Ortega, a quien acusan de instaurar, con su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, un gobierno autocrático.

 «Nos están tirando a matar»

Un joven encapuchado, que se identificó como un estudiante de medicina de 25 años, contó a AFP: «Desde la una de la mañana inició el ataque de paramilitares del gobierno con arsenal bélico, nos rafaguearon con metralletas».

«Nos están tirando a matar. Al pueblo lo están masacrando, a los jóvenes. Estamos siendo asediados. Esto es una guerra muy desigual», dijo el muchacho en los predios de la UNAN, quien lleva casi dos meses en las barricadas custodiadas por decenas de muchachos, con morteros artesanales.

Durante el ataque, un chico con un pañuelo en el rostro, que transmitió por Facebook Live, dijo que había «francotiradores» y «cuatro drones» sobrevolando el campus. Mientras hablaba se oían disparos. «No nos vamos a rendir», gritaron otros jóvenes que estaban con él.

La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) envió a cuatro sacerdotes a la zona. «Por favor, les pedimos en el nombre de Dios que cesen los ataques, que cese la ola de violencia y los muertos», dijo el padre Raúl Zamora en la Universidad.

Ante los ataques, la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia -de grupos de la sociedad civil- suspendió la «Marcha de las Flores», que estaba prevista para esta tarde en memoria de las víctimas de la violencia.

¿Adelanto de elecciones?

Poco antes del ataque, la CEN había convocado al gobierno y a la Alianza Cívica a reanudar el lunes el diálogo para discutir la propuesta de adelantar las elecciones de 2021 a marzo de 2019. «Es imprescindible que (el gobierno) nos comunique oficial y formalmente su aceptación a la propuesta que, recogiendo los sentimientos de la inmensa mayoría de los nicaragüenses, le presentamos el 7 de junio sobre las elecciones», subrayaron los obispos en un comunicado.

Ortega, un exguerrillero de 72 años que gobierna por tercer periodo consecutivo desde 2007, no ha respondido a la propuesta, pero dijo tener disposición de trabajar por la democratización del país.

Las conversaciones han sido suspendidas tres veces, la última hace una semana porque el gobierno no había invitado a organismos como la CIDH para investigar la violencia. El pasado miércoles accedió a hacerlo.

El sociólogo Oscar René Vargas consideró lo ocurrido este sábado como una reacción al informe que presentó el viernes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ante el Consejo Permanente de la OEA, que consigna 212 muertos, 1.300 heridos y más de 500 detenidos en los dos meses de violencia.

El gobierno cree que tiene chance de crear una nueva correlación de fuerzas antes de que lleguen organismos internacionales de derechos humanos y se reanude el diálogo, según Vargas. Una comisión de la CIDH llegará el domingo a Managua.

En la sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA), el canciller Denis Moncada calificó el informe de la CIDH como subjetivo, sesgado, prejuiciado y notoriamente parcializado.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, a quien la oposición señala de ser blando con el gobierno, condenó las muertes y pidió el cese inmediato de toda forma de violencia y represión.

En la última semana aumentaron las incursiones de policías y civiles encapuchados y armados en ciudades como Estelí, Granada, Carazo, León y sobre todo en Masaya luego de que el pasado lunes se declaró en rebeldía.




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