Foto: Agencias

El Atlético de Madrid necesitaba un milagro para jugar los octavos de Champions y ni siquiera cumplió su parte, ya que necesitaba ganar y empató 1-1 ante el Chelsea, este martes en Londres.

Además de vencer, los rojiblancos esperaban que el modesto Qarabag ganara a la Roma en el Estadio Olímpico, pero el equipo local se impuso por 1-0, por lo que conquistó la primera plaza del grupo C. La segunda, por perder en el duelo directo (ambos equipos suman 11 puntos), fue para el Chelsea.

En Stamford Bridge, tras una primera parte anodina, Saúl Ñíguez adelantó a los rojiblancos en el minuto 56 al rematar de cabeza en el segundo palo un balón que había peinado Fernando Torres en el primero.

El Atlético soñaba con regresar a la Champions en primavera, pero entonces Eden Hazard recogió un balón en el área y sirvió para que el montenegrino Stefan Savic, en su intento de despejar, hiciera el empate (75).

Finalista en 2014 y 2016, en ambas ediciones derrotado por su gran rival el Real Madrid, el Atlético no estará en los octavos por primera vez en los últimos cinco años.

En un grupo C muy exigente, el Atlético quedó penalizado por empatar sus dos duelos frente al modesto Qarabag, circunstancia que han aprovechado Chelsea y Roma para superar al equipo español.

«Sin ninguna duda estoy orgulloso. Hemos mostrado fortaleza y ser un equipo muy competitivo. Hemos terminado terceros habiendo sacado cuatro puntos frente al primero, pero el Qarabag nos condenó», reconoció el técnico rojiblanco Diego Pablo Simeone.

 Oblak, el mejor 

Un duro palo para un club que acaba de estrenar un modernísimo estadio para 68.000 espectadores, con el objetivo de vivir grandes noches europeas, y que esperaba a enero para incorporar a Diego Costa y Vitolo, ya que no pudo inscribir jugadores esta temporada por una sanción de la FIFA. Ahora intentará consolarse con la Europa League, en la que será uno de los favoritos.

En Stamford Bridge, consciente de que su rival estaba obligado a atacar, el Chelsea esperó muy ordenado al Atlético, con el objetivo de cazar un contraataque. El plan salió a la perfección en la primera parte al técnico italiano Antonio Conte porque los rojbilancos no contaron ninguna ocasión destacable.

Para la segunda parte cambió el decorado. Avisó Filipe Luis con un disparo al palo (53) y tres minutos después Saúl daba esperanzas a las suyos, precisamente en el estadio en el que el Atlético logró la clasificación para la final de Champions en 2014.

Fue un espejismo. A partir del gol rojiblanco el Chelsea fue muy superior y al Atlético le salvó la actuación de su arquero, el esloveno Jan Oblak.

Tras contar dos buenas paradas en la primera parte ante Álvaro Morata (23 y 24), continuó en la segunda ante un cabezazo del danés Andreas Christensen (48) y de nuevo ante Morata (49 y 68).

Negado, el internacional español se volvió a topar con Oblak (76), así como el brasilleño Willian (82). No fue suficiente, el Atlético hincó la rodilla en Londres.




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