Hace dos años que vivían en Lima, Perú, tras migrar desde Barquisimeto, estado Lara, en busca de una vida mejor. Pero en ese país, el hombre se volvió, a criterio de los familiares de la víctima, en un "celópata y agresivo" que pasó de las amenazas telefónicas a apuntar con un arma de fuego y matar de tres disparos a su expareja, para luego suicidarse.
Reseña la web de La Prensa de Lara que entre los mensajes que llegó a enviarle a la mujer resaltaban "a las mujeres que montan cacho hay que matarlas. Yo te veo en algo y te mato".
Así le expresaba su rabia por la ruptura amorosa, luego de 10 años de relación, Carlos Wilfredo Hernández Rodríguez, de 30 años, a Yolimar Josefina Mendoza Mendoza, de 29.
Según las hermanas de Yolimar, Carlos nunca había sido celópata estando en Venezuela, pero al llegar a Perú la mujer vio el cambio de su pareja, y empeoró tanto que decidió dejarlo.
Hacía más de un año que ambos no tenían relación alguna, más que el lazo de su hijo de ocho. Pero el hombre la tenía acosada y las amenazas de muerte llegaron cuando Carlos supo que Yolimar ya tenía una nueva pareja, otro venezolano que había conocido hace doce meses allá en Perú, "Fernando", quien de paso embarazó a la chica.
Acosada y amenazada
Yolimar llegó a denunciar a Carlos por acoso y amenazas de muerte, pero los funcionarios en Perú no hicieron más que "reírse" en la cara de la mujer: Como no hubo agresión física, no lo pudieron mantener preso.
Según medios peruanos, pasadas las 10:00 de la mañana del 22 de octubre, Yolimar estaba trabajando en un restaurante, en el cual también trabaja su hermana menor, cuando Carlos llegó buscándola.
Según se mostró en un video de seguridad, Yolimar estaba con su uniforme de trabajo, sumado a su tapaboca y gorro sanitario, pues ya había iniciado su turno. El hombre vio donde estaba y le sacó una pistola a la vista de todos. Yolimar echó a correr hacia la calle, huyendo de Carlos, pero el hombre la siguió aproximadamente media cuadra.
Con Yolimar de espaldas, Carlos le propinó tres disparos, uno de ellos en la cabeza. Una vez que vio a su expareja en el piso y boca abajo, en un charco de sangre, agarró el arma y se disparó en la sien.
Murió de camino al hospital
El femicida murió en el sitio, mientras que Yolimar pedía ayuda desesperadamente, gritaba que por favor le salvaran la vida, que ella estaba embarazada. A los pocos minutos llegó una patrulla y se llevó a la mujer, pero murió de camino al hospital 2 de Mayo.
Según testigos, el hombre le gritó a Yolimar antes de dispararle, "si no voy a ser feliz, nadie va a ser feliz" y allí accionó el arma.
Hasta hace tres días el cuerpo de Yolimar reposaba en la morgue, a donde le trasladó la policía de Lima, para hacer las averiguaciones del caso. Yotximar Mendoza, hermana de Yolimar, aseguró a un medio peruano, que no había podido retirar el cuerpo de su hermana porque la policía no dejaba cremarla al ser víctima de un femicidio, pero que enterrarla, para luego exhumarla cuando cerraran el caso, iba a ser más costoso y que ellas no poseían esa cantidad de dinero.
No obstante, los compañeros de trabajo de Yolimar hicieron una gran recolecta de fondos en el centro comercial, logrando reunir el dinero necesario para los gastos funerarios.
Con información de La Prensa de Lara.