Foto: Dayrí Blanco

La Guásima es a la basura como Puerto Cabello al mar y Caracas al Ávila. Esa comunidad del municipio Libertador de Carabobo es conocida por su vertedero, el mismo que fue clausurado en una acción que solucionó grandes problemas, pero que parece haber dejado en el olvido a los habitantes de esa zona.

Sin el botadero funcionando todo cambió en el lugar. Las calles siempre están desoladas, ya no se ven las colas de camiones llenos de desechos en el camino de ida, y vacíos de regreso. Pero tampoco pasan por el sitio en su labor recolectora, tal como deben circular en todas las comunidades.

Donde estaban las interminables montañas de basura de cuatro de los municipios de Carabobo (Valencia, San Diego, Naguanagua, Libertador), ahora solo hay una de menor tamaño y que corresponde a los desechos sólidos de quienes habitan en las cercanías.

Desde que cerraron esto a finales de 2018 se olvidaron tanto de nosotros que creen que no generamos basura y no vienen los camiones a recogerlas”, relató Juan Octavio Peña, vecino del sector.

Ante la molestia de quienes viven más cerca del que fue el vertedero más grande Carabobo, es en la madrugada cuando llegan a La Guásima quienes botan ahí sus desperdicios, porque no tienen otro mejor lugar para hacerlo. “Algunos ponen sus bolsas en la avenida principal con la esperanza de que pase el camión y se las lleve. Pero eso  nunca sucede”.

En las mañanas, quienes están más próximos a la basura no tienen más alternativa que prenderles fuego para tratar de acabar de una vez con el mal olor que por más de seis décadas impregna el lugar. “Siempre ha sido mejor el olor a humo que a basura, aunque sabemos que hace daño”.

La nueva Guásima

La tranquilidad y el silencio confunden. Quienes no han ido a las calles de La Guásima tras el cierre del vertedero se sorprenden. Además de que no está el vaivén de los camiones en su faena diaria, tampoco están quienes vivían de la basura.

Ya no están los niños, adultos y ancianos que se veían empujando carretillas cargadas de desechos seleccionados que se convertían en su sustento.

Tampoco están los negocios que había en la mayoría de las casas del sector en donde compraban plástico, cobre y aluminio. “Todo cerró porque se acabó el negocio con el cierre del bote. Y la gente se fue. Esto está solo porque ya no había de qué vivir y los vecinos se fueron a otros países”.

El 5 de noviembre de 2018, el gobernador Rafael Lacava informó que el vertedero de basura La Guásima fue cerrado de forma definitiva con el objetivo de apoyar a quienes residen en las inmediaciones para disminuir y acabar con los focos de contaminación.

Desde ese momento, los desechos sólidos comenzaron a llevarse a la Planta de Transferencia y Reciclaje ubicada en el sector El Tigre de Guacara, donde ahora se reciben los desperdicios de nueve municipios de la entidad.




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