Su biografía oficial dice que «nació en Caracas el 22 de noviembre de 1968, en el seno de una familia humilde».
Medio siglo más tarde, Raúl Gorrín es dueño del canal de televisión Globovisión, de una compañía de seguros en Venezuela y de, al menos, 24 propiedades en Estados Unidos.
Gorrín está acusado por las autoridades de Estados Unidos por haber pagado presuntamente unos US$159 millones en sobornos a dos ex altos funcionarios venezolanos y haberles ayudado a lavar esos fondos ilícitos.
La acusación contra el magnate venezolano fue presentada en agosto pasado en una corte del Distrito Sur de Florida pero, a petición de la Fiscalía, permaneció bajo reserva hasta el lunes pasado con el fin de proteger la investigación.
En ese documento se asegura que entre 2008 y 2017, Gorrín ofreció y efectivamente pagó sobornos a dos altos funcionarios «con autoridad para tomar decisiones» en la Oficina Nacional del Tesoro para que le permitieran realizar operaciones de cambio de divisas para el gobierno de Venezuela, de las cuales él sacaba una beneficio «indebido».
En el año 2003, el gobierno de Hugo Chávez estableció un sistema de control cambiario a través del cual las autoridades fijan la tasa y la cantidad de divisas que los ciudadanos y las empresas pueden adquirir. En ese sistema, que se ha mantenido con ligeras variaciones hasta la actualidad, existe una tasa oficial que con frecuencia es varias veces menor que la que se utiliza en el mercado paralelo (informal).
Durante muchos años, distintos analistas han denunciado que ese mecanismo ha permitido que miembros de la elite empresarial con conexiones con el gobierno se enriquezcan al conseguir dólares a una pequeña fracción de la tasa vigente en el mercado paralelo.
La acusación también señala que Gorrín se asoció con un banquero venezolano para comprar una institución financiera en República Dominicana «con la finalidad de lavar dinero y pagar sobornos a funcionarios venezolanos».
De acuerdo con el documento, estos pagos ilegales se hicieron en efectivo pero también en bienes pues incluyeron el pago de la compra de tres jets, un yate, varios caballos de carrera y numerosos relojes de lujo, entre otros bienes.
En septiembre pasado, las autoridades estadounidenses declararon a Gorrín como fugitivo. Sin embargo, el 31 de octubre pasado el empresario publicó un video en su cuenta de Twitter en el que se le ve haciendo el lanzamiento inicial durante un juego en la ciudad de Valencia (Venezuela) entre dos equipos de la Liga de Beisbol.
Ayer dando inicio a la Copa Vitalicia, con un juego Caracas-Magallanes. Espero que en Venezuela no haya más razones para dividirnos que el baseball, urge que nos entendamos de una vez por todas y nos reconozcamos en la construcción del país que nuestra gente merece! pic.twitter.com/OFiDGm66dN
— Raúl Gorrín (@RaulGorrinB) November 1, 2018
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