Desde su puesto de comida rápida, Leopoldo Valles ha visto alejarse a los fanáticos del icónico José Bernardo Pérez de Valencia. Aún así, apuesta a su franquicia Popy’s Dog, para compartir el amor por la tradición del deporte que mueve a millones de venezolanos y generar ingresos.
Ir al estadio no es lo mismo sin comer los conocidos “Asquerositos”, acompañados de unas buenas cervezas. Valles, conocido por la fanaticada magallanera como “el Gordo Poppy”, lo certifica.
La nostalgia lo invade. El sitio donde vio una oportunidad para expandirse ya no es el mismo. No se siente la emoción ni la algarabía de antes, cuando comenzaba la temporada. Muchos tuvieron que dejar atrás la tradición de compartir unas “hamburguesas con todo” al término del juego. Otros aprovechan los combos 2×1 que ofrece desde el año pasado.
La inflación causó estragos en los bolsillos de los comensales y en el de los empresarios. Altos costos y escasez de productos para hamburguesas y perros calientes, los favoritos de los fanáticos, los convirtió en un lujo. “Un paquete de salchichas de 20 unidades se consigue en 15 mil bolívares por lo más barato, un galón de mayonesa cuesta 60 mil y el precio del pan para perros calientes varía diariamente, por lo que un perro pequeño podría llegar a los 10 mil bolívares al inicio de la temporada”.
DEL ESTADIO A LA CASA
Los aficionados cambiaron las gradas por los asientos de sus casas. Los que aún asisten al estadio han dejado de consumir como en temporadas pasadas, pero “el Gordo Poppy” conoce la fidelidad de su clientela: “No le importa pagar lo que sea cuando de buena comida se trata”.
Hay otro secreto: La atención. “Todos vuelve si los tratas con una sonrisa”. A ello suma tres condimentos que impulsaron su éxito: constancia, esfuerzo y aplomo.
El béisbol, y la comida que le acompaña, se traducen en “venezolanidad”. Para “el Gordo Poppy” es eso que, a pesar de los problemas, nos hace levantarnos para mostrar la mejor cara y que le hace confiar en que así como la fanaticada volverá a las gradas a seguir disfrutando de la pasión del béisbol en vivo, el país resurgirá junto a sus costumbres.