Foto cortesía El Estímulo

El primer toque de queda desde 1977 tendrá lugar en Bogotá desde las 9:00 de la noche  (10:00 en Venezuela) de este sábado. El argumento oficial es el vandalismo que ha afectado infraestructuras, en especial las de Transmilenio y varios establecimientos comerciales.  Mientras tanto las concentraciones, enfrentamientos entre manifestantes y policías y los cacerolazos se mantuvieron a lo largo de la jornada en distintos puntos de la ciudad.

Una multitudinaria convocatoria matutina en la Plaza de Bolívar terminó en enfrentamientos entre la policía y estudiantes que se extendió hasta las 4:00 de la tarde. Se conoció que unas 160 personas han sido detenidas. En Barranquilla, Cartagena, Manizales, Pereira y Cali hubo protestas y en algunos de ellos  hubo intentos de saquear comercios e ingresar a edificios residenciales. A la hora de redactar esta información continuaba el intento por ingresar a unos conjuntos residenciales con la presunta intención de robar, según reportaron medios de comunicación en Bogotá.

Esta situación derivó en la decisión gubernamental de decretar un toque de queda que en localidades bogotanas como Kennedy, Ciudad Bolívar y en Bosa inició a las 5 p.m. El alcalde de Bogotá Enrique Peñaloza, adicionó que en el resto de la ciudad la prohibición de mantenerse en las calles iniciará a las 9:00 de la noche y culminaría a las 6:00 de la mañana. Quienes irrespeten el toque de queda serán detenidos.

En sectores como Bosa, después que inició el toque de queda a las 5:00 de la tarde, los vecinos se mantenían afuera de las viviendas cuidándolas de quienes intentaban entrar a los conjuntos residenciales a saquear.

Cerca de las 9:00 de la noche, en la carrera 7 se mantenía una considerable cantidad de personas concentrada, sin planes de abandonar la calle por el toque de queda.

Durante la tarde se observaron cacerolazos espontáneos en distintas esquinas de importantes avenidas de la ciudad.

Más temprano, el presidente Iván Duque anunció el inicio del diálogo a partir de la próxima semana y rechazó los hechos vandálicos en distintos  puntos de la ciudad. El mandatario ordenó el despliegue de la policía y el ejército en los sitios más conflictivos. También solicitó a los ministerios de Justicia, Defensa y a la fiscalía el inicio de procesos judiciales contra quienes según él afectaron la tranquilidad de la ciudadanía.

Un cambio de conducción, no de gobierno

En la avenida séptima, en la localidad de Chapineros, al norte de la ciudad, José Gregorio Ramírez, un maestro de escuela que hoy se desempeña en otra área, busca un cambio de rumbo en el gobierno. «Personalmente no estoy buscando que se caiga este gobierno, pero si quiero que gobierne para todos, que haya un cambio de rumbo en la conducción del país. Ya se le han enviado muchos mensajes desde varios sectores, pero no se concreta nada».

Para Ramírez los planteamientos del pueblo están claros: Apoyo al proceso de paz, protección para los líderes sociales de los cuales 160 han sido asesinados desde 2018 y apoyo para los guerrilleros que dejaron las armas. «Las zonas de reinserción están acordonadas por policías y militares, pero aún así entra gente a asesinar líderes sociales, eso no puede ser. También se están irrespetando los territorios indígenas».

Ramírez también pide respuestas para los planteamientos que exigen respeto a la edad para recibir las pensiones. El gobierno quiere aumentarla y eso no podemos permitirlos.

En materia educativa exigió más respaldo para la educación pública y no para la privada, como lo propone el ejecutivo. Además, criticó la corrupción descubierta en la unidad de educación a distancia de la Universidad Distrital, en cuya directiva participan representantes de los gobiernos nacional y local.

Reconoce las peticiones de los sindicatos que convocaron el paro nacional del jueves 21 y que ha mantenido a la gente en la calle. Critica que se pretenda afectar al pueblo con los impuestos en una situación en la que todo se está encareciendo y a la gente se le está complicando cada día más mantener su calidad de vida

El joven condenó los daños a la propiedad privada y pública. Entiende que algunas zonas se salieron de control, pero consideró que si el paro se anunció hace más de un mes el gobierno debió buscar mecanismos de diálogo antes.

José Gregorio Ramírez está consciente de que algunos líderes políticos, como Petro, intentan figurar cuando se genera este tipo de movimientos, pero no cree que la gente lo siga. El viraje a la izquierda no es para él una posibilidad en Colombia. Reconoce que en las elecciones presidenciales hubo una alta votación para la izquierda y aunque recuerda que Petro se distanció de Maduro y sus prácticas, sabe que el suyo es un país conservador que no va por esa vía. Por esa razón no teme que en su país pueda ocurrir lo mismo que en Venezuela.

Las protestas las entiende como una reacción que lo que busca es que Duque gobierne para todos. Hay demandas tradicionales y otras de nuevos sectores en el ámbito ambiental, cultural y social pero entiende que ninguno quiere que se caiga el gobierno de Duque, sino que tenga un contrapeso, que entienda que tiene que negociar y llegar a acuerdos.

Para él, lo que pudiera venir es un movimiento de centro que asuma el liderazgo, pero cree que aún es muy temprano para hablar de eso.




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