Bolívar, el campeón boliviano, se impuso por 1-0 a Liga Deportiva de Quito en partido de ida de la segunda fase de la Copa Sudamericana 2017 disputado este miércoles en el estadio Hernando Siles de La Paz.
El único tanto se marcó a los 53 minutos mediante un tiro libre magníficamente ejecutado desde la izquierda por Juan Carlos Arce y que en su trayecto se desvió en Hernán Barcos, descolocando al portero Hernán Nazareno.
El partido tuvo sabor a poco. Bolívar se gustó con reiterados pases y lento tránsito del balón pero sin acciones al primer toque. Los visitantes apelaron a un libreto defensivo con un lento traslado de la pelota que le cortó velocidad al fútbol, recurriendo además con mucha frecuencia al juego brusco.
El económico resultado no es garantía para el pase de los celestes a la siguiente instancia. Bolívar y Liga jugarán la revancha el próximo 2 de agosto en el «Casa Blanca» de Quito.
El partido arrancó con el dominio de Bolívar, que demostró buen manejo de balón, rapidez y juego penetrante, lo que obligó a los ecuatorianos a replegarse. Sin embargo, con el paso del tiempo, el campeón boliviano fue cediendo espacios, permitiendo que el visitante equilibrara el lance y se hiciera con el control del esférico.
Liga de Quito plantó acertadamente su plantel con dos líneas de cuatro en defensa, con una sólida zaga donde destacaron Luis Canga y Horacio Salaverry, y una apuesta por el contragolpe a través de los desbordes de Jefferson Intriago y Jonathan Betancourt.
Los locales crearon algunas sensaciones de gol a través de Gastón Sirino y Eduardo Fierro, pero la opción más clara la tuvo la visita a los 17 minutos cuando Hernán Barcos recibió en el área, sin marca alguna, un centro que cabeceó certeramente, aunque el portero Matías Dituro le ahogó el grito de gol en lucida atajada.
Bolívar tuvo evidentemente más volumen de juego durante la primera etapa, pero también se caracterizó por sus imprecisiones y la poca efectividad en la definición. Era un control improductivo del balón en un lance que exigía ser más pragmático.
Por su parte, los ecuatorianos supieron neutralizar al campeón boliviano copando el medio campo y cerrando eficientemente los accesos a la valla de Leonel Nazareno.
La segunda parte del partido repitió las características de la etapa inicial, aunque con un plantel ecuatoriano más ambicioso, como si hubiese intuido que tenía mayores posibilidades de alcanzar un resultado más favorable que la simple igualdad.
El gol local llegó a los 53 minutos en una jugada de pelota parada. El capitán celeste, Juan Carlos Arce, lanzó un mortífero disparo que se desvió en Hernán Barcos, descolocando al portero visitante.
El tanto llegó como un bálsamo para un Bolívar que estaba al borde de un ataque de nervios ante su escasa efectividad. A partir de entonces el plantel local empezó a ser más incisivo. Edemir Rodríguez se perdió la mejor oportunidad ante un arco virtualmente vacío, disparando desviado. Era el tanto que necesitaba para respirar con mayor tranquilidad.
El español Beñat San José reforzó la defensa con el juvenil Pablo Pedraza y dispuso también el ingreso del goleador uruguayo William Ferreira, una positiva carta de gol. El charrúa retornaba a las canchas después de dos meses de inactividad por una lesión.
Al final el resultado no se movió y todo se resolverá en Quito, donde la Liga aún confía en darle vuelta a la eliminatoria.
El vencedor de la serie se enfrentará en octavos al triunfador que salga de la llave entre Independiente de Argentina y Deportes Iquique de Chile.
