El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, negó este lunes que esté ejerciendo alguna presión para que renuncie o sea destituido el seleccionador de la Canarinha, Adenor Leonardo Bacchi «Tite», por su supuesto rechazo a la disputa de la Copa América en el país.
«Mi participación en la Copa América es abrir Brasil para que sea realizada aquí, pero sobre jugadores o técnicos, no tengo nada que ver», declaró el mandatario a un pequeño grupo de simpatizantes a las puertas de su residencia oficial, en Brasilia.
Bolsonaro se refirió así a conjeturas que se tejen en la prensa local, tanto sobre el malestar de Tite y los jugadores por el hecho de que la Copa América se vaya a jugar en Brasil, en medio de la grave pandemia de la COVID-19, como en relación a una posible renuncia del entrenador y presiones del Gobierno en ese sentido.
De hecho, en las redes sociales, grupos de ultraderecha que se identifican con el bolsonarismo han mantenido en los últimos días duros ataques contra Tite, al que han tildado de «comunista» por su supuesta oposición a que Brasil sea sede del torneo americano.
Las especulaciones en torno a la renuncia de Tite sugieren, además, que eso ocurriría tras el partido que la selección brasileña jugará este martes en Asunción frente a Paraguay, correspondiente a las eliminatorias suramericanas del Mundial de Catar 2022.
El entrenador ha dicho que sólo después de ese partido expresará su opinión sobre la Copa América, algo que también han prometido los jugadores de la Canarinha, que están en silencio hasta ahora y, según la prensa local, preparan un «manifiesto» sobre el asunto.
Según la Conmebol, la Copa América, que iba a ser organizada por Argentina y Colombia, países que finalmente renunciaron al torneo, se celebrará en Brasil a partir del próximo domingo, con sedes en las ciudades de Brasilia, Cuiabá, Goiania y Río de Janeiro.
