(Cortesía)

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, recibirá este martes a su homólogo paraguayo, Mario Abdo Benítez, con una agenda regional que incluye la crisis de Venezuela y la posible creación de un nuevo mecanismo de integración suramericano.

Tanto Brasil como Paraguay reconocen como presidente legítimo de Venezuela al jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, y apoyan sus esfuerzos por la convocatoria de nuevas elecciones y la sustitución en el poder del gobernante Nicolás Maduro, que serán analizados por Bolsonaro y Abdo Benítez en una reunión privada.

La agenda regional incluye la creación de Prosur, un mecanismo propuesto por el presidente chileno, Sebastián Piñera, para suplir a la casi extinta Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y que será discutida en una cumbre convocada para el 22 de marzo en Santiago.

Asimismo, Bolsonaro y Abdo Benítez discutirán el proceso de reformas internas del Mercosur, bloque que Brasil y Paraguay forman junto con Argentina y Uruguay, el cual apunta a derrumbar barreras comerciales y flexibilizar las rígidas normas que impiden a los socios la negociación individual de acuerdos externos.

En lo bilateral, el proyecto más avanzado se refiere a la próxima construcción entre ambos países de dos nuevos puentes, que le darían un empuje a una corriente comercial que en 2018 llegó a unos 3.500 millones de dólares.

Las obras para la construcción de esos dos puentes, que tienen un coste calculado en unos 70 millones de dólares cada uno, comenzarían este mismo año, siempre y cuando se resuelvan aspectos burocráticos pendientes en ambos países, según explicaron fuentes brasileñas.

En la agenda de los mandatarios también habrá un asunto que enfrenta delicados intereses de tipo económico y comercial, como es la distribución y los precios de la energía de la hidroeléctrica binacional de Itaipú.

El tratado que regula lo relativo a la represa, firmado en 1973, vencerá en 2023 y Paraguay presiona para iniciar una renegociación del Anexo C, que establece la revisión de algunas disposiciones cuando se cumplan 50 años de la suscripción del convenio.

De acuerdo con ese punto del tratado, Paraguay recibe la mitad de la energía generada por Itaipú, pero no la consume en su totalidad y es obligado a venderle los excedentes a Brasil a precio de coste.

Paraguay ya ha anunciado su disposición a iniciar la negociación de ese anexo en el menor plazo posible y ha preparado un equipo de expertos que tendrá entre sus asesores al economista estadounidense Jeffrey Sachs.

Aunque Paraguay tiene prisa, fuentes oficiales brasileñas dijeron a Efe que el Gobierno de Bolsonaro considera que «hay tiempo» para esas discusiones, pues aún faltan cuatro años para el vencimiento del tratado.

Otro asunto que Asunción pretende resolver en un corto plazo es la petición que ya ha presentado a Brasil para la revocación del estatus de refugiados de Juan Arrom y Anuncio Martí, exdirigentes del Partido Patria Libre (PPL), procesados por el secuestro en 2001 de la esposa de un empresario paraguayo.

La decisión, sin embargo, no depende directamente del Gobierno de Bolsonaro, sino de la Comisión Nacional de Refugiados (Conare), que funciona en la órbita del Ministerio de Justicia pero está integrada también por organismos humanitarios y de la sociedad civil.




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