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Aunque tienen un gran déficit de personal, equipos e insumos, los Bomberos de la UC siguen al servicio de Naguanagua (Foto: Cortesía)

Ellos siguen ahí. Sobreviviendo a la crisis y siempre listos para atender cualquier eventualidad en Naguanagua. Son los Bomberos de la Universidad de Carabobo (UC) que arribaron a 45 años en medio de adversidades que están dispuestos a superar.

No son tiempos fáciles para los uniformados que siguen en las filas de esta institución. Cada vez son menos. En agosto de 2021, el vicerrector administrativo de la UC, José Ángel Ferreira, dijo que 156 efectivos, 50 profesionales bomberiles y 100 voluntarios, actualmente solo se cuenta con 16 y 20, respectivamente.

Según estándares mundiales, la referencia es que debe existir un bombero por cada mil habitantes. En Naguanagua viven más de 161 mil personas, lo que significa que hay un déficit de más de 70 %.

Esto queda en evidencia cada vez que ocurre una emergencia en el municipio y que no es atendida con prontitud. A esto se suma que, durante los últimos meses, son los bomberos de otras localidades las que prestan el apoyo en Naguanagua porque las unidades del cuerpo de la UC están accidentadas.

Capacidad de respuesta limitada

Bastante limitada. Así calificó el primer teniente de la institución, José Guillén, la capacidad de respuesta que tienen en la actualidad. “Tenemos a cargo a la jurisdicción de Naguanagua que es un municipio bastante amplio con autopistas, centros comerciales, comercios importantes universidades, hospitales… Es un municipio creciente y pujante que se ha desarrollado enormemente en su urbanismo. Y si tomamos en cuenta la población debería haber más personal, insumos y equipos”.

Los cálculos de los estándares internacionales establecen que se requiere de una unidad de supresión de incendios y una ambulancia por cada 25 mil habitantes, lo que significa que en Naguanagua se necesitan seis vehículos de cada tipo. Pero no hay ninguno.

“Tenemos las unidades fuera de servicio, pero en vías de reparación por la ayuda de diferentes entes tanto gubernamentales como empresas privadas y contribuyentes gracias al servicio de inspecciones y emergentes que prestamos”.

Bomberos UC
Ellos piden apoyo de la comunidad, autoridades y empresa privada para mejorar sus condiciones (Foto: Cortesía)

Los vehículos están en los talleres mecánicos, una vez reparados, se podrán atender con más eficiencia las eventualidades que surjan en Naguanagua, aunque no al 100 %.

Guillén recuerda con nostalgia la época en la que ellos podían prestar apoyo a las emergencias de otros municipios, por eso pide el apoyo de las autoridades de la gobernación, la alcaldía y las universitarias, para que la situación pueda mejorar.

La subsistencia del bombero

Los bomberos de la UC se enfrentan a las precariedades económicas de todos los ciudadanos. El comandante de la institución, Carlos Troconis, señaló que los sueldos que reciben no se corresponden con la realidad económica, por lo que todos los uniformados deben buscar otras alternativas para subsistir.

“En sus días libres o el tiempo que pueda disponer realizan otra actividad, lo hacen sin socavar su vocación y por amor a la profesión y esa satisfacción de aportar a la comunidad y a sus vecinos siguen luchando”.

Él lamentó que ya no se cuente con la capacitación constante que tenían antes y que es tan necesaria para adaptarse a las nuevas tecnologías y procedimientos mundiales para atender emergencias.

“Debido a las situaciones del país que ya se conocen, ha mermado la capacitación del personal bomberil y las condiciones propias que teníamos. Esto se ve reflejado en cantidad de funcionarios, vehículos operativos, capacidad logística y aportes que antes se percibían de la UC y se han visto mermados”.

Ricardo Pinto es primer teniente voluntario de los Bomberos de la UC desde hace 21 años. Es uno de los que ha persistido y combina su profesión con ese servicio que presta pese a las dificultades. Aseguró que lo motiva estar a beneficio de la comunidad, no solo en la atención de emergencias, sino en otras situaciones como rescate de animales y protección de la naturaleza como lo ha hecho en reiteradas oportunidades en casos como los incendios forestales en el cerro El Café.

Son 45 años de servicio que se ha convertido en una lucha diaria por mantenerse operativos. Ellos están convencidos de que lo lograrán con la ayuda de todos y que seguirán recorriendo las calles de Naguanagua ante cualquier llamado de emergencia que reciban.




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