Yelitze Santana. (Cortesía)

Vendió arroz con leche en una plaza en Pereira, Colombia; luego vendió tequeños en Perú y ahora incursionó en el mundo de la belleza, montando su propio negocio junto a su esposo Ricardo en Brasil.

La protagonista de esta historia emigró tres veces en dos años, incluso pensó en un momento regresarsar a Venezuela, pero en su nuevo nido ha encontrado un hogar. #MiVuelo les presenta a Yelitze Santana.

Salió de su país natal el 6 de marzo de 2018 junto a su esposo Ricardo e hija María Victoria de 13 años. La decisión de emigrar tomó fuerza, luego de un episodio de inseguridad donde le robaron su vehículo y empezaron a extorsionar a su familia.

Primero se fue a Colombia, allí la recibió su sobrina María Rebeca, de inmediato empezó a buscar trabajo haciendo lo que sea, pero se le hizo difícil, tanto para ella como para su esposo.

El tema de los permisos de trabajo era complejo en el momento que llegaron a Colombia y eso dificultaba todo. Pero igual, eso no la detenía, había que producir, entonces se le ocurrió vender arroz con leche en una plaza, hasta que se le presentó la oportunidad de trabajar en una perfumería; allí aprendió mucho sobre este oficio y manifestó estar agradecida por esa experiencia.

Debido a que su esposo no encontraba nada estable, decidió irse a Perú, allí lo iba a recibir un familiar. A los meses, luego de reunir el pasaje, se fue ella y su hija para reencontrarse con Ricardo en Perú, específicamente en una ciudad llamada Ica.

Trabajó en una peluquería por 9 meses, con la señora Leidy Vendesu, “allí aprendí a depilar cejas con hilo y muchas otras cosas que me enseñaron con paciencia”. Para esa fecha, febrero de 2019, la xenofobia estaba acentuándose cada día en ese país; llegaban muchos venezolanos y la cosa se ponía más difícil. Entonces se plantea con su esposo volver a emigrar.

Yelitze Santana. (Cortesía)

De Perú a Brasil

El 22 de febrero ,Yelitze y su familia llegaron a Brasil, después de viajar cinco días pisaron frontera en Acre. Asegura que se estudió perfectamente la ruta, cada escala, el pasaje, hasta que finalmente escuchó ese “BEM– VINDO”, bienvenido en portugués, allí empezó otra historia. Duró 12 días con una familia maravillosa que los recibió porque para esa temporada era carnaval y los pasajes en avión estaban costosos; entonces esperaron para luego irse hasta su destino final Puerto Alegre.

Yelitza dijo: “en Puerto Alegre nos recibió mi amiga venezolana Rudi García y sus tres hijos, a quien le agradezco todo lo que hizo por nosotros, también a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Nos ayudaron como nunca había recibido una ayuda, nos dieron un hogar, al llegar tenía cocina, nevera, una cama, teníamos más de un año sin dormir en una cama”.

De hecho, recordó el momento vivido en Perú donde tuvo que estirar la ropa sucia en el piso y colocar un edredón para dormir.

Es en este punto donde Yelitze nos cuenta, que lo más difícil fue: dejar sus comodidades, para adaptarse a todos los cambios que enfrentaron. Da gracias a Dios por lo comprensiva que ha sido su hija frente a lo vivido. También con lágrimas nos contó que extraña a su mamá, a su familia, hermanos y sobrinos.

(Cortesía)

Nace el Salão Unissex Y&R

Siempre se arreglaba su cabello, también le gustaba cortar el de sus amigas, entre la familia, pero esta periodista de profesión jamás imaginó que se dedicaría de lleno al mundo de la belleza y estilismo.

Salão Unissex Y&R, tiene poco tiempo, pero desde ya le deseamos todo el éxito, es un emprendimiento familiar en el que Yelitze y su esposo Ricardo se complementan para ofrecer un buen servicio.

Asegura que aprender el idioma ha sido difícil, al principio trabajó en una peluquería en el sector donde vive con la señora Esther Texeira, quién le abrió las puertas y le dio la oportunidad de demostrar todo lo aprendido en Perú. Poco a poco logró reunir el dinero para lograr su objetivo, tener su propio espacio.

“Sí se puede, siempre he luchado por mis sueños, siempre me gusto la parte de belleza, y ahora vivo de eso. Debemos dejarlo todo en manos de Dios, él es el único que te enseña el rumbo correcto para seguir adelante”, dijo.

Por último, comento que le gusta Brasil, siente que es muy parecido a Venezuela, que la gente es cálida, amiga, receptiva, siempre están dispuestos a ayudarte. también le gusta la comida, aunque no conocen la arepa ni cachapa, hacen churrasco, “parrilla” como le dicen los venezolanos.

Ha tenido que adaptarse a un clima exigente, cuando hace calor la temperatura es alta, muchos hasta andan por las calles en traje de baño y cuando toca frío es bastante frío. Dijo que de haber planificado mejor su emigración se hubiese ido directamente a Brasil, lo recomienda como país para vivir.

Gracias Yelitze por permitirnos contar estas líneas que nos llenan de emoción al verte bien, que hayas encontrado ese hogar y tranquilidad nos hace feliz. Te deseamos éxito, sigan adelante.

Cortesía de: Adriana Henríquez @migrantesenvuelo




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