El cambio climático afecta, en especial, a la infancia. Porque amenaza su supervivencia, su desarrollo, su acceso a la alimentación, a la educación y a la sanidad.
Es la advertencia que se extrae del informe “Cambio Climático y Salud” del Observatorio de Salud y Medioambiente, elaborado por el Instituto DKV de la Vida Saludable en colaboración con ECODES y difundido esta semana.
El informe aborda también el impacto en la salud que provoca el cambio climático en los más pobres y en las mujeres. Y recuerda que entre 2030 y 2050, serán la malaria y la desnutrición dos de las principales causas de las 250.000 muertes adicionales que se espera provoque el cambio climático, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
Cambo climático: desarrollo biológico
El informe sostiene que las razones que hay detrás de esta vulnerabilidad tienen que ver con su menor desarrollo biológico, mayor consumo energético y metabólico, y a su ausencia en la toma de decisiones.
Desarrollo biológico: Los sistemas orgánicos de los menores no están completamente desarrollados. Lo harán cuando lleguen a la etapa adulta.
Sus sistemas fisiológicos, y en especial el sistema inmunológico y de detoxificación, aún no están maduros. Por ejemplo, sus pulmones no están completamente formados.
- Mayor consumo energético y metabólico: Los niños necesitan un mayor aporte de oxígeno y sustancias nutricionales que los adultos al estar en la etapa de crecimiento y desarrollo. Por ello, comen más alimentos, beben más líquidos y respiran más aire por kilogramo de peso corporal que los adultos.
También por esta razón niños y niñas, sobre todo durante los primeros 10 años de vida, inhalan, ingieren y absorben más contaminantes ambientales por kilogramo de peso que un adulto.
- Comportamiento social: Suelen pasar más tiempo en ambientes exteriores y tienen menos capacidad de autocuidado que los adultos. Por estas razones son más vulnerables a la contaminación ambiental y a los impactos del cambio climático.
- Mayor expectativa de vida: Los niños y las niñas tienen mayor tiempo de vida tras la exposición para experimentar las consecuencias y desarrollar efectos a medio y largo plazo, tras exposiciones crónicas en bajas dosis de los contaminantes ambientales.
- Ausentes de la toma de decisión: En la mayor parte de los países, los menores no forman parte del proceso de la toma de decisiones, en general, ni de la agenda climática, en particular, a pesar de ser la suya la generación que mayor impacto sufrirá por el aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Olas de calor: cuidado con los niños
Una de las principales consecuencias del aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera es el aumento de la frecuencia y la gravedad de las olas de calor.
La relación entre salud y temperatura depende de un complejo número de variables fisiológicas, económicas, sociales, culturales y sanitarias, que determinan el nivel de adaptación de la persona al aumento de la temperatura.
Por este motivo, continúa el documento del Instituto DKV y ECODES, son de nuevo los niños y las niñas, junto a las personas mayores, los principales afectados por el cambio climático.
Los más pequeños son los que tienen mayor probabilidad de deshidratarse y de sufrir hipertermia e, incluso, de morir por un golpe de calor.
Ello es debido a que tardan más tiempo que los adultos en autorregular su temperatura corporal y tienen menor conciencia del peligro que suponen las olas de calor para su supervivencia; por lo que no buscan protección tan rápidamente como los adultos.
Otros impactos directos de las olas de calor en la infancia incluyen la interrupción temporal de la educación; el melanoma; quemaduras y otros problemas de la piel; y el aumento de enfermedades que tienen que ver con la comida en mal estado (el calor hace multiplicar las bacterias y otros elementos infecciosos que se encuentran en los alimentos).
Los datos indican que el número de hospitalizaciones de menores durante las olas de calor aumenta de manera significativa.
El documento también recalca que es importante recordar que el umbral de temperaturas a partir del cual se producen los impactos negativos sobre la salud de los niños y niñas no es igual para todas las regiones.
Y defiende que son necesarios estudios epidemiológicos que ayuden a determinar esta temperatura umbral para decidir a partir de qué momento se debe actuar y activar un plan de prevención.
Cambio climático: agua y aire
Los efectos del cambio climático relacionados con el agua afectan a millones de menores en todo el mundo: se calcula que hay más de 500 millones de niños y niñas cuya vida está en riesgo debido a las inundaciones, la mayoría en Asia.
Según el informe, es importante recordar además que los impactos del cambio climático no actúan de manera aislada, sino que se refuerzan unos a otros, haciendo aumentar el grado de gravedad de los mismos.
Así, la contaminación del aire en el interior de las viviendas produce alrededor de 4,3 millones de muertes prematuras.
Esta contaminación está producida por la quema de combustibles sólidos (madera, excrementos animales, residuos agrícolas) y de carbón para cocinar y para calentar las viviendas (que utilizan aproximadamente 3.000 millones de personas en el mundo, según la OMS, 2016).
Este tipo de cocinas o estufas abiertas produce hasta 100 veces más partículas del nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Además los niños que viven cerca de lugares con intenso tráfico tienen mayor probabilidad de sufrir de problemas respiratorios y asma.
Durante la vida de los menores y los jóvenes, aquellos expuestos a aire contaminado se ven obligados a visitar el hospital de manera más frecuente y durante más tiempo que el resto, y con el tiempo, esta exposición provoca problemas de crecimiento de los pulmones y de su funcionamiento.