Cancilleres y representantes de 17 países de América evaluaban este martes una posible condena a Venezuela, por "una nueva modalidad de golpe de Estado", tras la instalación de una Asamblea Constituyente que agravó la crisis en ese país.
El encuentro se realiza luego de que el Mercosur suspendiera a Caracas por "ruptura del orden democrático", tras la elección el pasado 30 de julio de la Constituyente convocada por el gobierno de Nicolás Maduro.
El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, crítico de su colega venezolano, convocó en Lima a representantes de Brasil, Argentina, Chile, México, Uruguay, Paraguay y algunos países de Centroamérica y el Caribe, además de Canadá, para también tomar acciones.
Según informaron fuentes diplomáticas a la AFP, como primer punto de la agenda, Perú planteará la condena frente a "una nueva modalidad de golpe de Estado, pues se ha creado una entidad inconstitucional para suplantar las funciones de un poder legítimamente elegido, sumado a la destitución ilegal de la fiscal general".
La Constituyente, un "suprapoder" que se instaló en Venezuela en medio de un fuerte rechazo internacional y denuncias de "fraude", decidió que legislará hasta por dos años -más allá de la culminación del mandato de Maduro- para reescribir la Carta Magna de 1999 y al mismo tiempo tomar otras decisiones de efecto inmediato.
Para la oposición, que no participó en la conformación y elección de sus miembros, esta entidad permitirá que Maduro se perpetúe en el gobierno.
Grupo de seguimiento
El propio canciller peruano, Ricardo Luna, dijo el último sábado que si hay coincidencias en que la Constituyente vulnera el orden democrático probablemente emitirán un comunicado en el cual "diríamos que hay que revertir y deshacer la Asamblea Constituyente y restituir el poder de la Asamblea" legislativa (Congreso).
Otro punto de la agenda será evaluar un pedido para la liberación de presos políticos e invocar a que se cumpla el cronograma de elecciones presidenciales para 2018.
La ola de manifestaciones, impulsadas por la oposición para exigir la realización inmediata de comicios generales y la salida del gobierno, ha dejado 125 muertos en los últimos cuatro meses.
La crisis parecía agudizarse más el domingo cuando el gobierno venezolano afirmó haber sofocado un ataque a un cuartel militar, en medio de versiones de una rebelión, que según las autoridades es alentada por la derecha.
Otro ítem del encuentro de cancilleres será la creación de un grupo permanente de seguimiento a la situación en Venezuela.
"Queremos constituir un grupo permanente para insistir en el camino de una negociación, porque todo conflicto en algún momento tiene que llegar a una negociación", dijo el lunes el canciller chileno, Heraldo Muñoz.
Según fuentes de la cancillería peruana, la convocatoria ha sido a "países que están preocupados con la situación de la democracia en Venezuela".
Estados Unidos -severo crítico del gobierno de Maduro- no fue convocado, previo acuerdo, para evitar que su presencia sea malinterpretada en Venezuela y alimente incordios.
"Estamos comprometidos con los esfuerzos regionales para impedir que prosiga la descomposición de la institucionalidad democrática en Venezuela, así como para resolver la crisis humanitaria que vive ese país", dijo recientemente Kuczynski, blanco de insultos de Maduro.
Para Evo Morales, aliado de Maduro y sin representantes en la cita, Venezuela "es un eslabón estratégico" en los supuestos planes de Estados Unidos para "derrocar, luego dominar y después adueñarse" de las reservas de petróleo del país caribeño.