Desde 2019 se viene repitiendo una jaculatoria absurda sobre un proceso de apertura, una transición hacia el libre mercado, una suerte de perestroika caribeña liderada desde el madurismo, estas voces al aire fueron captadas por el régimen y desde luego instrumentalizadas en la construcción de un discurso para la mentira. El año pasado además de dejarnos la pandemia y develar la absoluta ruina de Petróleos de Venezuela así como la pertinaz sequía del combustible, devino una dolarización primitiva, asimétrica y desordenada que es causante de un singular proceso de iniquidad como nunca antes se había experimentado en el país.

Lanzada toda la república a estos abismos de desigualdad, también se produce en el país el fenómeno de los bodegones, de los descuentos  arancelarios para las importaciones y los pingues negocios de la mano de una economía absolutamente controlada, dominada ycartelizada, una suerte de corporativismo que solo logra amparar a quienes se encuentran bajo la égida del régimen. No hay señales de libertad económica en un país que suma cada día más fricciones a los más elementales procesos de transacción económica, la moneda local no existe de facto, además de que la concurrencia de cuarenta meses en hiperinflación ha supuesto la repudiabilidad hacia el bolívar. Las cuentas en custodia de divisas no pueden ser movilizadas y quienes tienen cuentas fuera del país se ven en la necesidad de apelar a medios de envío de dinero a través de la plataforma Zelle.

La liquidez de la republica medida en dólares es de apenas 455,6 millones, y el total de depósitos en custodia alcanza un valor de 833,9 millones de dólares, cifra que supera en 45,36% el circulante en bolívares; se estima que existen en circulación más de dos mil millones de dólares en la economía venezolana, los cuales se emplean para libre intercambiar, pero frente a esta realidad el 56% de la población carece de vías seguras de pago en esta moneda, la dolarización de las transacciones supera el 72% de las operaciones en el país, pero no se permite la movilización de cuentas en dólares, ni su traslado, es decir no existe libertad.

El anuncio de la digitalización total de la economía jamás se cristalizó, es técnicamente inviable tomando en cuenta las graves fallas en el suministro de energía eléctrica y las limitaciones de la plataforma de conectividad, en tal sentido es una medida populista y demagógica, no se puede asumir que una sociedad que use los dólares en sustitución de la moneda nacional, como consecuencia del abandono de la política monetaria se encuentre dolarizada, nada más alejado de la realidad, no existe ningún atisbo de libertad económica en las transacciones y es imposible acometer un proceso de dolarización plena, pues la sostenibilidad del mismo en el tiempo es la principal amenaza o imposibilidad.

La fractura del capital social, de la confianza es un efecto que muy pocos perciben, no se establece claramente la relación existente entre libertad y calidad del contrato social y de la confianza, en tal sentido se repite sin saber que nos encaminamos hacia el modelo de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, pues me permito aclarar que en ese entorno no se produjo ninguna apertura económica sana, por el contrario, se repartieron las pocas unidades de producción entre los colaboradores del estatus quo, no hubo emprendimiento y solo se estableció un capitalismo de corte clientelar.

En este orden de ideas el bienestar no permea a toda la sociedad, se produce un proceso de fractura después de setenta y cuatro años de totalitarismo en la URSS, junto a la eliminación de las instituciones de la sociedad civil, habían causado la erosión del capital social, de la confianza. Lo único que mantenía a la ex URSS unida era un férreo proceso de planificación centralizada y una tiranía opresora, Cuando estas instituciones se desmoronaron, el capital social necesario para cohesionar al país y la economía, sencillamente había desaparecido. Rusia se convirtió en un salvaje Este, más anárquico y violento que el salvaje Oeste americano antes de ser domesticado. “Rusia se vio atrapada en un vacío sistémico en donde no existía ni planificación ni mercado”  cita tomada de G W Kolodko “The Political Economy of postsocialist Transformation”

Las voces de algunos atolondrados hablan de apertura y de recuperación, hemos perdido el 80% del tamaño del PIB, en 2020 caímos más de 22% y solo en el primer trimestre de 2021, la contracción alcanza un 33,7 %, no es posible hablar de viraje en los anacronismos del chavismo, el control es total y se mantiene indemne, así como la arrogancia que sostiene a la hiperinflación atada bajo la emisión de dinero sin soporte, la terrible desorganización fiscal y el caos monetario.

¿Cómo se puede hablar de libertades económicas en un país con más de 90% de pobreza de ingreso y 80% de pobreza extrema por la línea del ingreso? es una contradicción en si misma el simple asomo de tan peregrina idea, los bodegones, centros de expendio de electrodomésticos, concesionarios de vehículos de alta gama y hasta centros educativos con aranceles inalcanzables, son el resultado de la neo burguesía que se empina bajo los hombros de un Estado secuestrado por una coalición gansteril, que solo ampara a sus socios y cercanos.

Libertad económica en la Venezuela con realidades más africanas que latinoamericanas, un país que ahora es referencia de pobreza y supera a la francófona Haití en miseria y violencia, tal afirmación adolece de sustento además de estar llena de iniquidad, desprecio y hasta aporafobia.

El régimen morigera sus incongruencias nacionalistas al ofrecer que bajo un programa de oportunidades de negocios se oculte la liquidación de PDVSA, por un monto de 77 mil millones de dólares, todo el esfuerzo por nacionalizar la industria petrolera en la década de los setenta, bajo el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, queda defenestrado en las entelequias del chavismo, esos son los negocios que se verifican y califican de apertura económica, esta operación opaca y secreta manejadas desde Moscú es la aplicación del mismo modelo de capitalismo clientelar y salvaje, denunciado en la obra de G. W.Kolodko.

Como corolario, la ruptura del capital social y de la confianza produce efectos nocivos en la economía y aún peores en la política, somos absolutamente desiguales, inequitativos y esas capas de pobres visibilizadas por Chávez, son abandonadas e ignoradas por el madurismo, este modelo derivado del chavismo ha mutado en la absoluta maldad ejercida por una coalición gansteril en el poder desde lo político, e igualmente ofrece hoy la cara de este cruel, salvaje y  cleptocrata capitalismo de corte clientelar; nunca antes una ideología había demostrado tantas entelequias, contradicciones y oxímoron como el chavismo, puedo afirmar sin eufemismos que el chavismo aún es populista, clientelar y profundamente aporafobico.

 

“Las leyes son semejantes a las telas de araña; detienen a lo débil y ligero y son deshechas por lo fuerte y poderoso.”

Solón.




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