«Aquí no hay mejor equipo que ustedes», esas siempre fueron las palabras de Clifford Aguilera, el manager de la selección de Carabobo, categoría Junior, que participó en el campeonato nacional de béisbol y que, tras una experiencia agridulce, se trajo el subcampeonato a casa.
Solo con el escaso apoyo económico de los orgullosos padres, el equipo Junior de la Escuela de Béisbol Menor La Esmeralda (EBMLE) viajó a Anaco, estado Anzoátegui, a representar a Carabobo, luego de titularse campeones regionales.
Con solo dos juegos perdidos, los comandados por Aguilera llegaron a la final para enfrentarse con Monagas.
Tras un partido cerrado que terminó 3-2, Monagas se llevó el campeonato, aunque los carabobeños estuvieron a un batazo de levantar el trofeo. «Estuvimos a un contacto de ganar, pero así es el béisbol y nos vinimos con ese sabor agriculce de haber obtenido el subcampeonato», dijo Aguilera.
Carabobo se trajo el subcampeonato
Fueron 21 equipos, los mejores del país (tres estados no pudieron viajar por no tener recursos económicos), que disputaron el torneo. «Como todo nacional fue aguerrida la competencia, pero nuestros muchachos hicieron el trabajo. La exigencia del clima implacable, y aún así dieron todo por el todo hasta el último día. Todo el reconocimiento para ellos», comentó el presidente de la EBMLA, Ramón Tineo.
El equipo estuvo conformado por Nehemias Ochoa, Kelvin Vilera, Andrés Díaz, Carlos Alfredo, Carlos Bergolla, Diego Aguilera, Manuel Mayo, Luis Díaz, Pedro Quijada, Cristian Carreño, Jesús Brito, y los refuerzos Dominick Brizuela, Alexis Montesinos, Endrick Pico, Anibal Llovera, Jorge Subero y Allan Arias.
La representanción carabobeña se trajo dos champions: Pedro Quijada como pitcher al propinar más de diez ponches y Nehemias Ochoa con más carreras anotadas con 7.
«Estaba enfocado en ayudar al equipo»
Pedro Quijada, quien tiene 16 años, y que desde los cuatro está en un campo de béisbol, fue uno de los lanzadores de la selección que representó a Carabobo.
Nunca fue con la idea de llevarse un champions, solo estaba enfocado en hacer bien el trabajo para ayudar al equipo. Y así fue.
Su actuación fue la mejor de todo el campeonato, aunque su humildad no le permitió ni siquiera llevar la cuenta de los ponches que propinaba. «Me sentí muy orgulloso. De cada trabajo uno tiene su fruto», dijo el jovencito, quien aspira ser firmado por algún equipo para convertirse en un pelotero profesional.
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