El cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, llamó hoy a dar consuelo con motivo de la Navidad, a las personas que han perdido su empleo, hijos o familiares que se han ido al exilio, en medio de la crisis sociopolítica que atraviesa el país.
«Hoy, en medio de situaciones quizás difíciles que podamos estar viviendo, en esta santa Navidad podemos llevar un mensaje de consuelo, de esperanza, a aquellas personas que puedan estar tristes y desconsoladas», dijo Brenes, en la misa dominical, en la catedral metropolitana de Managua.
El cardenal recomendó dar el mensaje a «gente que ha perdido su trabajo, que han perdido un hijo, que sus hijos están fuera del país, familias que tienen personas detenidas, que no son una si no varias».
El llamado de Brenes se da tras ocho meses del estallido social en Nicaragua, que según organismos humanitarios ha dejado entre 325 y 545 muertos, 674 «presos políticos», cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio.
El Gobierno reconoce 199 muertos y 273 reos, que acusa de ser «terroristas», «golpistas» o «delincuentes comunes».
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han responsabilizado al Gobierno de «más de 300 muertos», así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los Derechos Humanos.
Ortega no admite señalamientos y afirma que enfrentó un intento de «golpe de Estado», aunque la Acnudh y la CIDH descartaron el alegato.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, se iniciaron el 18 de abril pasado, tras 11 años de Gobierno continuo, por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia, tras el saldo mortal de las manifestaciones.
