El coro del seminario de Valencia «Nuestra Señora del Socorro» entonó el canto Pueblo de Reyes, para dar inicio a la misa solemne en homenaje a los 50 años de vida sacerdotal del cardenal Jorge Urosa Savino.
Los feligreses con gran alegría aplaudían al homenajeado, mientras en procesión por el pasillo principal de la Catedral de Valencia; los seminaristas, parte del clero y el arzobispo de Valencia, Reinaldo Del Prette; en compañía del obispo auxiliar de Caracas, Tulio Ramírez y el obispo emérito de San Felipe, Nelson Martínez caminaban en procesión hasta el altar.
Te cantamos a ti, esplendor de la gloria, te alabamos estrella radiante que anuncia el día, era parte del canto de entrada que acompañaba a todos los sacerdotes, los aplausos no se detuvieron hasta que Urosa Savino llegó al altar.
Te cantamos, Pastor que nos conduces al Reino, te alabamos, reúne a tus ovejas en un redil. Te cantamos, oh Cristo manantial de la gracia, te alabamos, oh fuente de agua viva que apaga nuestra sed, fueron las últimas letras de la canción antes de persignarse y dar inicio a la misa que comenzó a las 10:20 a.m.
Quien presidió la eucaristía fue el cardenal, acompañado por el arzobispo de Valencia, del obispo emérito de San Felipe y del obispo auxiliar de Caracas, quienes concelebraron con el resto del clero de la iglesia valenciana.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, fueron las primeras palabras del cardenal como saludo inicial para comenzar la Eucaristía, mientras todos los presentes fijaban su mirada atentos al homenajeado.
Monseñor Reinaldo Del Prette fue el encargado de la homilía, centró la reflexión en el llamado de Jesucristo a los 12 discípulos que relató el evangelio de San Mateo, en el cual resaltó que el hijo de Dios no tiene preferencias para escoger a quienes le siguen, sino que los ama como son y les promete estar con ellos todos los días hasta el fin del mundo.
“Jesucristo está vivo, ese debe ser el norte de la vida, es el verdadero camino a la felicidad”, destacó Del Prette al mismo tiempo que resaltó parte de su testimonio de vida al lado del cardenal con quien trabajó mientras Urosa ejercía como el segundo arzobispo de Valencia. “Catire, como me sigue diciendo”, expresó monseñor cuando contó sobre una necesidad de hambre y pobreza que había en los barrios del sur de Valencia en la época de 1990 que descubrió el cardenal, por lo que de inmediato se puso en marcha para crear unos comedores, 40 para ser más exactos.
Antes de terminar con su reflexión, el arzobispo de Valencia insistió en que Dios existe y que a su lado está la verdadera felicidad. Felicitó al homenajeado y entre aplausos una gran sonrisa se dibujó en el rostro del “hombre de Dios” como muchos definen a Urosa.
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35 sacerdotes diocesanos y 10 sacerdotes religiosos corresponden a los que fueron ordenados por Urosa durante sus 15 años como arzobispo de Valencia y cuatro pastorales: social, juvenil, vocacional y familiar fueron implementadas por él como preocupación del pueblo de Dios.
El 24 de marzo de 2006, en el primer Consistorio de su papado, Benedicto XVI instituye a monseñor Urosa en la dignidad de cardenal en una ceremonia en la Ciudad del Vaticano. La atmósfera del templo estaba llena de fe, amor, alegría y mucha espiritualidad. Luego de terminar la oración del Padre Nuestro, todos estaban atentos para acercarse a comulgar y recibir al cuerpo de Jesucristo de la mano de Urosa.
Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo, has dicho mi nombre, en la arena, he dejado mi barca junto a ti, buscaré otro mar, es el coro de la canción Pescadores de Hombres, que hace conexión con la reflexión de la vida vocacional, canción que todos en el lugar santo cantaban desde el corazón.
Jorge Urosa Savino no podía ocultar la humildad, la sencillez y la entrega al recibir cualquier gesto de cariño y agradecimiento por parte de la feligresía, y él se los devolvía con la bendición.
Luego de un momento de silencio y de haber realizado una oración, el cardenal se dirigió a los feligreses para agradecerles por el apoyo, y al mismo tiempo que se sintió feliz por todo lo que organizó la Arquidiócesis de Valencia en su honor.
Aprovechó la oportunidad de realizar una reflexión corta antes de despedirse, en la que resaltó que la Iglesia vive, se renueva y crece, movida por el Espíritu Santo y dirigida por el buen Pastor y ante las dificultades la Iglesia va adelante con el pueblo y por esta razón el pueblo debe llenarse de alegría, fortalecer su fe y esperanza.
Salve madre del Socorro, Virgen madre de Valencia hoy a tus pies nos postramos, Virgen madre del amor excelsa, fue el canto final que culminó la celebración y dio paso para que el cardenal se despidiera de la imagen de la Virgen del Socorro antes de salir del templo.
Algunas autoridades y personalidades de la esfera pública de la ciudad de Valencia estuvieron presentes, entre ellos Vicenzo «Enzo» Scarano, Jessy Divo, Manuel Molina, Damiano Del Vescovo y Rubén Limas. Además de los feligreses y amigos de Urosa quienes lo acompañaron durante los 15 años mientras estuvo como arzobispo de Valencia.
Su prima hermana, Alexia Savino Acosta, pidió a Dios que lo mantenga con su sencillez, su mente lúcida y su corazón que está pendiente de las personas. “A él lo motiva mucho el sufrimiento de las personas porque busca ayudarlos”, dijo.
Muchas de sus amistades lo definen como un hombre de Dios, y aprovecharon para orar por sus 50 años de vida sacerdotal. El purpurado visitó la casa del Socorro y dejó su firma para el recuerdo. También bendijo el lugar tras un recorrido. La casa queda cerca de la clínica Guerra Méndez y allí se guarda todo lo relacionado con la patrona de Valencia, la Virgen del Socorro.
