El Teatro Municipal de Valencia fue el escenario escogido por la Academia de la Historia del Estado Carabobo, para realizar una sesión solemne para celebrar el centenario de la creación de la diócesis de Valencia.
La actividad contó con una masiva participación, especialmente por parte de sacerdotes y laicos de distintas parroquias, que quisieron compartir este momento histórico.
El cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Caracas, fue el orador de orden en la sesión y pronunció un discurso bastante entretenido e interesante.
El presidente de la academia, José Alfredo Sabatino, le dio la bienvenida al distinguido visitante, y luego el secretario, Carlos Cruz leyó un resumen del extenso curriculum del cardenal.
El prelado de la iglesia católica manifestó que cuando se emitió la bula papal, referida a la creación de la diócesis de Valencia, Coro, San Cristóbal y Cumaná, en 1922, Venezuela pasó a tener 10 diócesis, y en la actualidad hay 41.
Eso da una idea de lo que ha crecido la iglesia, por estar siempre más cerca de la gente.
Estima que la iglesia debe seguir creciendo y puso por ejemplo que los estados Bolívar y Amazonas juntos, conforman un territorio de más de 230 mil kilómetros cuadrados, es decir la cuarta parte de Venezuela. Y en Amazonas solo hay un vicariato, mientras en Ciudad Bolívar hay un arzobispado, que incluye Ciudad Guayana y el vicariato del Caroní.
Por eso se estudia la posibilidad de crear una diócesis con el vicariato de Ciudad Guayana y el de Caroní, que pudiera tener su sede en Guasipati o Tumeremo, porque son extensiones muy grandes.
Refirió que es muy grande la distancia entre Ciudad Bolívar y Caicara del Orinoco (363 kilómetros por carretera, cuatro horas y media aproximadamente).
También comentó que la iglesia venezolana tiene ahora rostro venezolano, porque hasta hace poco, cuando él estudiaba en el seminario, el 30 por ciento de la matrícula estudiantil era de nacionales y el resto de extranjeros.
Aseguró que sacerdotes, tanto españoles como italianos y de otras naciones, hicieron un gran trabajo de evangelización en el país, pero ahora afortunadamente de eso se encargan los religiosos venezolanos.
La academia entregó al cardenal, el Premio Venezolano de Conservación y Patrimonio Histórico y Cultural, por su meritoria obra y trayectoria profesional.