El cardenal Baltasar Porras desea que el ansiado cambio que están esperando en Venezuela se produzca «de manera pacífica y con el menor trauma posible», según dijo en una entrevista a Efe en Panamá, donde se encuentra para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) .

La proclamación de Juan Guaidó como presidente interino ha abierto un escenario de incertidumbre en Venezuela que ha sorprendido gratamente al arzobispo de Mérida y administrador apostólico de Caracas en Panamá, para asistir a la JMJ, desde donde se ha puesto en contacto con los máximos dirigentes del Vaticano, aunque no ha podido reunirse con el papa Francisco, pero que «está en permanente contacto» con él.

«He estado continuamente en contacto, tanto con la presidencia de la Conferencia Episcopal como con el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y con el sustituto de la secretaria de Estado, el venezolano Edgar Peña. El Papa sigue con gran interés y preocupación lo que sucede en Venezuela«, afirma.

Porras, hombre muy cercano al pontífice argentino, asegura que Francisco ha manifestado «completa sintonía con lo que el episcopado venezolano está haciendo allá».

Porras comenta que desde Panamá ha recibido «una solidaridad enorme, no solo de los obispos de todo el mundo y de las delegaciones, sino de gente que por la calle se interesa de lo que está pasando en Venezuela y Nicaragua y que expresan solidaridad y esperanza por ese cambio que era necesario para vivir en libertad y en paz».

«La verdad y el bien no están en estos momentos con quienes no respetan la vida, ni los derechos de los demás y la libertad hay que construirla entre todos», asevera.

Porras espera que ese cambio en Venezuela «se pueda dar lo mas pronto posible y de la manera pacifica y con en el menor trauma también posible».

La Iglesia del país, explica, va a seguir en estos días «acompañando a la gente» y pidiendo «como ha hecho hasta ahora» que haya respeto a la vida y a los bienes y que se reconozca «que hay una ilegitimidad en el ejercicio del poder, que debe ser para traer un bienestar para el pueblo».

Para el cardenal, hasta ahora en Venezuela «ha pasado todo lo contrario, solo se ha traído pobreza, la falta de medicamentos, la violencia y este terrible éxodo».

Porras no cree «en absoluto» que se den las condiciones para que estalle una guerra civil en el país, porque para ello «tienen que existir dos grupos armados y las armas están solo de una sola parte».

«Creo que hay mucha conciencia y serenidad y no solo en la dirigencia sino también en la población, que no quiere que se propicie ningún tipo de conflicto armado porque sería peor, porque las heridas que quedarían serían muy difíciles sanarlas y se acabaría con la búsqueda de una solución pacífica y lo menos traumática posible», agrega.

No obstante, Porras insta a la población a «no desfallecer» y a que «no sea la emocionalidad y el fanatismo el que nos lleve por otros derroteros».

Dice que la Iglesia y el Vaticano pueden ayudar con la diplomacia, que ha sido hasta ahora el papel que han tenido «de buscar que haya entendimiento y salidas a la situación que se ha creado, pues la misión de la Iglesia, sin ningún protagonismo, ha sido solo la búsqueda del beneficio de la población».

Su esperanza es que «Dios y la Virgen den la responsabilidad tanto dentro y fuera del país. No solo los venezolanos sino también a otros Gobiernos para que se dé el cambio que hace falta para beneficio de todo el Continente americano».

Por el momento, el Vaticano se ha limitado a un breve comunicado en el que se observaba que el Papa «seguía de cerca la evolución de la situación» y rezaba por las víctimas y por todos los venezolanos y que la Santa Sede apoya «todos los esfuerzos que permitan ahorrar un ulterior sufrimiento a la población».

Porras indica que la JMJ tiene su dinámica y que un mensaje de Francisco sobre el asunto en medio de un acto podría «desviar el objetivo de este evento», pero que es «muy probable que en el Ángelus del domingo o en el viaje de regreso el papa haga una mención mas directa a esta situación». EFE




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