Foto: AVS PHOTO REPORT

Los Cardenales de Lara buscan el campeonato que las Águilas del Zulia les negaron la temporada pasada, pero los Caribes de Anzoátegui son una seria amenaza: el béisbol profesional venezolano inicia este sábado una inédita final.

El derecho Junior Guerra, de los Milwaukee Brewers en las Grandes Ligas, será el lanzador abridor de Lara en el primer juego de la serie al mejor de siete, que se disputará en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, hogar de los «Pájaros Rojos».

Otro diestro, el estadounidense Daryl Thompson, hará lo propio por Anzoátegui.

Guerra jugó con los eliminados Tiburones de La Guaira la ronda regular, siendo tomado por los Cardenales como refuerzo para los playoffs. Exhibe récord de 1-0 en tres salidas con el equipo del mánager José Moreno, con 2.04 de efectividad en 17.2 innings de labor.

Thompson llega con marca de 2-0 y 2.46 de efectividad en 14.2 actos en la postemporada con la novena que dirige Omar López.

El pulso para decidir al heredero del Zulia y al representante de Venezuela en la próxima serie del Caribe enfrenta a dos poderosas ofensivas. No hay dudas sobre la capacidad de ambos bandos para producir carreras, por lo que las miradas se dirigen hacia sus serpentineros.

«El pitcheo es fundamental y sobre todo por la ofensiva de los dos clubes. Es importante minimizar los errores», declaró Moreno a la prensa.

Lara tiene cuatro títulos en su palmarés, conquistados en las campañas 1990-1991, 1997–1998, 1998-1999 y 2000-2001; mientras que Anzoátegui posee dos, logrados en los cursos 2010-2011 y 2014-2015.

Bates encendidos

Lara comandó la ronda regular con récord de 38-25, impulsado por una toletería que dejó promedio colectivo de .318, un récord en la LVBP. Uno de sus emblemas, el cubano Henry Urrutia, cerró como líder bate con .385.

Mantuvo el nivel en los playoffs: eliminó a Zulia en la primera serie de postemporada (4-1), tomando revancha frente a los rapaces tras la derrota en la final de la zafra previa, y barrió a los Navegantes del Magallanes en la semifinal (4-0).

Con average de .358, sus bateadores destrozaron el pitcheo naval.

Sus encendidos maderos respaldaron un pitcheo que cuenta con una rotación de garantías, que en la final estará integrada por Guerra, Néstor Molina, Raúl Rivero y el cubano Jorge Martínez, y con un efectivo bullpen.

Pero Anzoátegui puede jactarse también de su ofensiva, con un average de .286 en la fase regular y hombres como Balbino Fuenmayor, Luis Jiménez, René Reyes, Willians Astudillo o Tomás Telis metidos entre los bateadores más temibles de la Liga.

Llegó a los playoffs con ocho victorias consecutivas y su pitcheo, que era -en teoría- un punto débil, también empezó a responder.

En las semifinales ante los Leones (4-1), los lanzadores de Caribes amarraron a la ofensiva melenuda al dejar efectividad colectiva de 2,05 y propinar dos blanqueos a sus adversarios.

El ganador de la final enfrentará a los campeones de México, Cuba, República Dominicana y Puerto Rico en la Serie del Caribe-2018. El clásico caribeño se celebrará en febrero en la ciudad mexicana de Guadalajara.




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