Foto: AFP

Las Mayores

Carlos González está en su décima temporada con los Rockies de Colorado y el venezolano está claro en que ésta podría ser su última campaña con dicho club. Y muy pronto, tendrá suficiente poder para determinar si terminará la temporada 2018 en Denver.

El 19 de julio, González llegará a 10 años de servicio en las Grandes Ligas. En ese momento, tendrá el derecho a vetar cualquier cambio, pues se habrá convertido en un jugador de «10 y 5», uno con por lo menos 10 temporadas de experiencia en la Gran Carpa y al menos las últimas cinco con su equipo actual.

El contrato manejable de González -un año, US$5 millones- podría convertir al tres veces convocado al Juego de Estrellas en un candidato interesante para un equipo en búsqueda de un jardinero que batee a la zurda. Los Rockies, que actualmente ocupan el cuarto lugar en la División Oeste de la Liga Nacional, tienen marca de 12-17 desde que empezó junio, y desde entonces han permitido la mayor cantidad de carreras en las Mayores (188).

Cuando se le preguntó por la posibilidad de ser cambiado antes de la fecha límite para canjes sin el proceso de waivers del 31 de julio, González dijo que «eso siempre es una posibilidad». Luego recordó algunas de las experiencias por las que pasó su amigo y mentor, el puertorriqueño Carlos Beltrán.

Beltrán jugó con siete organizaciones de las Grandes Ligas y fue siete veces a la postemporada, antes de ganar una Serie Mundial con los Astros en el 2017. Al poco tiempo anunció su retiro.

«Él me dijo que, al final de su carrera, ésa era su meta principal, estar en un equipo contendor», recordó González. «Eso es lo que veo en este equipo. Todavía nos quedan muchos juegos para darle la vuelta a la temporada. No estamos lejos del primer lugar. Eso es lo que quiero hacer, aportar para que este equipo siga mejorando y subiendo (en la tabla).

«Pero como tú dices, siempre hay distintos caminos en este juego. Veremos qué pasa en el futuro».

Los compradores de este año en el mercado de cambios parecen más inclinados a buscar a lanzadores que jardineros, y los números de González como local y visitante despiertan dudas a los clubes interesados. El marabino amaneció el martes con .971 de OPS en Coors Field y .596 fuera de casa.

Pero González, de 33 años, ha venido mejorando poco a poco durante la temporada. Dejó .709 de OPS en marzo y abril, .728 en mayo y .812 en junio. Ha simplificado su plan en la caja de bateo desde que empezó el año, añadiendo un pequeño movimiento con su pie y enfocándose en agarrar el bate con los dedos y no con la palma de la mano.

González, tres veces ganador de un Guante de Oro, dejó algo claro sobre sus planes: tiene previsto seguir jugando en el 2019 y más allá.

«Quiero jugar hasta que me digan, ‘No vengas más'», afirmó. «Esto es lo que amo hacer. Amo este juego. Siento que me queda mucho en el tanque. Sigo siendo un buen atleta, defensiva y ofensivamente, y como veterano es importante compartir tus experiencias con los demás».




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