Carlos III y Camila abandonaron esta mañana la Abadía de Westminster tras haber sido coronados como reyes del Reino Unido, e iniciaron la procesión hacia el palacio de Buckingham a bordo de la suntuosa Carroza Dorada de Estado.
Acompañados por 4 mil militares ataviados de gala, los reyes saludaron a la multitud apostada en la ruta de dos kilómetros hacia su residencia oficial en Londres.
Desde hace días, numerosas personas esperan en las inmediaciones del palacio y a lo largo de la céntrica avenida The Mall para ver en persona el paso de Sus Majestades, y miles de ciudadanos asisten hoy al desfile pese a la lluvia que cae sobre la capital británica.
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La procesión estuvo dividida en ocho grupos, que incluyeron a miembros de las Fuerzas Armadas de diversos países de la Commonwealth, así como de las distintas divisiones del Ejército británico.
Fue la primera ocasión en la que la lujosa carroza dorada ha sido utilizada por la familia real británica desde el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, en junio de 2022.
Saludo a la multitud sin Enrique ni Andrés
Ya en el Palacio de Buckingham, el rey Carlos III salió a saludar a la multitud desde el balcón del Palacio de Buckingham junto a la reina Camila y sus familias, pero sin su hijo menor Enrique, apartado de las funciones oficiales de la realeza.
El príncipe Andrés también estuvo excluido de la procesión y el saludo desde el palacio de Buckingham, tras ser apartado en enero a raíz del escándalo que provocó su batalla legal con Virginia Giuffre, la mujer que le acusó de abusar de ella cuando era menor.
Sobre las cabezas de los presentes sobrevolaron más de 60 aviones y helicópteros de las Fuerzas Armadas británicas, aunque la exhibición aérea debió ser recortada por las malas condiciones climatológicas.
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El desfile ha puesto el broche de oro a la coronación de los reyes, el acto protocolario en el que han recibido los símbolos de su poder tras haber ascendido al trono de manera automática el pasado 8 de septiembre, al morir Isabel II.