(EFE)

El venezolano Carlos Vecchio, representante del líder opositor Juan Guaidó en EE.UU., se plantó este miércoles en los escalones de la embajada de Venezuela en Washington y, a través de un megáfono, declaró su intención de «recuperarla», aunque pidió paciencia a los venezolanos.

«Nosotros ya hemos dado la orden de que se nos devuelva esta sede de la embajada, que nos pertenece a nosotros», clamó Vecchio frente a una multitud de unas 200 personas, que acudieron vestidos con gorras y chaquetas con la bandera de Venezuela y portaban pancartas con mensajes contra el gobernante venezolano, Nicolás Maduro.

Ese grupo de venezolanos recibió a Vecchio coreando el nombre de Guaidó, quien es reconocido como presidente interino de Venezuela por unos 50 países, y del dirigente opositor Leopoldo López, mientras en la acera de enfrente activistas del grupo de izquierdas «Code Pink» increpaban a gritos a Vecchio llamándole «títere» del presidente de EE.UU., Donald Trump.

La embajada venezolana, en el acomodado barrio de Georgetown, se ha convertido en un símbolo de la lucha de poder dentro de Venezuela, donde Guaidó y Maduro reclaman la jefatura del Estado.

Desde hace unas dos semanas, los activistas de «Code Pink» duermen dentro de la embajada para evitar que sea ocupada por el equipo de Vecchio, mientras que, desde hace unos días, decenas de opositores han ido llegando progresivamente a la embajada para reclamarla para Guaidó.

Entre esos opositores comenzaba a nacer cierta impaciencia y, por eso, Vecchio trató de calmar hoy los ánimos, asegurando que tomará la embajada pero necesita cumplir antes con unos trámites legales.

«Desde el primer día -aseguró- estoy tratado de recuperar la embajada, pero no lo voy a hacer de manera irresponsable porque yo estoy en otro país, no lo voy a hacer sin cumplir las leyes de este país, sin cumplir los procedimientos administrativos y coordinar con nuestros aliados naturales, como lo ha hecho EE.UU. con nosotros, no lo voy a hacer irresponsablemente».

«Lo voy a hacer seriamente, como lo hemos venido haciendo a lo largo de estos meses y para decirles a los venezolanos que ese es el Gobierno que viene, de seriedad y de responsabilidad, para manejar los asuntos del Estado», apuntaló.

Vecchio llegó a la embajada sobre las 17.00 hora local (22.00 GMT), después de horas de rumores sobre una posible aparición, lo que generó tensión entre quienes esperaban.

En un momento, unos activistas de «Code Pink» salieron de la embajada por la puerta de atrás y un grupo de opositores venezolanos trataron de impedirles que volvieran a entrar al edificio.

«¡Los están usando, Nicolás Maduro los está usando! ¡Ni siquiera saben por lo que están luchando! Esto es una embajada venezolana, ¿y saben qué? Los venezolanos que estaban ahí dentro, los de Nicolás Maduro, se han ido», dijo a gritos Rosa Gómez, que explicó a Efe que lleva en EE.UU. 19 años.

Fuera de la embajada, decenas de guardias del servicio secreto y de la policía local de Washington vigilaban a los manifestantes.

Esos cuerpos de seguridad son los que tienen custodia de la embajada porque se encuentra en territorio estadounidense y son ellos los que deben tomar la decisión de desalojar a los activistas de «Code Pink» para que los enviados de Guaidó puedan tomar el edificio.

Esa decisión aún no se ha producido y Carlos Vecchio rechazó hoy fijar una fecha para ese acontecimiento.EFE




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