Foto cortesía de: AFP

El venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, denunció este martes un «proceso absurdo» en su última intervención antes del veredicto del tribunal de París que lo juzga por un atentado contra una galería comercial en 1974.

«Es absurdo celebrar un juicio 43 años después de los hechos», señaló Carlos, también conocido como «El Chacal«, vestido íntegramente de negro, de pie detrás de un cristal blindado y acompañado de dos gendarmes.

Encarcelado en Francia desde que fue capturado en 1994 en una operación del espionaje francés en Sudán, este antiguo activista por la causa palestina cumple ya dos condenas a cadena perpetua por un triple homicidio en 1975 en París y por cuatro atentados cometidos en Francia hace treinta años.

Este martes podría ser condenado a una tercera condena a perpetuidad, esta vez por un atentado con granada perpetrado el 15 de septiembre de 1974 contra un centro comercial en pleno centro de París que se saldó con dos muertos y 34 heridos.

Carlos, de 67 años, que acostumbra pronunciar largos soliloquios de varias horas, sorprendió el martes en su última declaración con un monólogo de apenas treinta minutos en el que trató de desacreditar un proceso «irregular».

«Los procesos criminales no me resultan extraños», declaró «El Chacal«, quien reivindica haber matado con su organización a 1.500 personas, de las cuales 80 con sus propias manos.

«Espero que tomen la decisión correcta», lanzó, antes de que los magistrados de esta corte, competente para juzgar «actos de terrorismo», se retiren para deliberar.

La fiscalía solicitó el lunes una nueva condena a cadena perpetua contra Carlos, asegurando que «todos los elementos reunidos durante la investigación convergen hacia él».

En cambio, la defensa, que solicitó que su cliente sea absuelto, considera que no existe ninguna prueba que demuestre su culpabilidad.

«El Chacal«, que se presentó ante la corte como un «revolucionario profesional», mantuvo la ambigüedad sobre su implicación en este atentado. «Quizás fui yo, pero no hay ninguna prueba», declaró en tono provocador.

«Espero que se haga justicia», señaló a la AFP María del Pilar Segui, una de las sobrevivientes del atentado, quien hizo el viaje desde su España natal para estar presente en el juicio y «cerrar un capítulo» de su vida.

Esta valenciana, que pasó su infancia en París, tenía 10 años en ese entonces. El día del atentado se encontraba con su madre y dos hermanos en el Drugstore Publicis, ubicado en el barrio latino de París.

La explosión le causó heridas de metralla en la cadera, al igual que a su hermana Elvira, de 13 años. Su hermano, Eduardo, de 8, corrió mejor suerte. «Estaba cubierto de sangre y tenía pedazos de piel pegados en su ropa, pero no eran de él», contó el viernes ante el tribunal.

Este juicio se abrió el 13 de marzo al término de una larga batalla legal tras la cual la justicia francesa estimó que la prescripción de diez años quedó interrumpida por procedimientos de la investigación en otros sumarios, que a su parecer están conectados con el atentado de 1974.

La investigación estableció una conexión Carlos, ese atentado y una toma de rehenes que comenzó dos días antes en la embajada francesa en La Haya en manos del Ejército Rojo japonés, un grupo armado japonés de extrema izquierda.

La fiscalía cree que Carlos cometió este atentado para doblegar al gobierno francés en plena negociación con los secuestradores de La Haya, que exigían la liberación de uno de sus miembros detenido en el aeropuerto parisino de Orly.

La acusación se basa también en los testimonios de antiguos camaradas del venezolano y en el origen de la granada utilizada en el atentado. Esta última formaba parte del mismo lote que las usadas por los secuestradores de La Haya y que la descubierta en París en el domicilio de la amante de Carlos.

El fiscal citó además una entrevista publicada en 1979 en la revista Al-Watan Al-Arabi en la que Carlos reivindicó el atentado. Para la fiscalía, aunque el acusado negó posteriormente haber dado esa entrevista, en ésta, figuraban «explicaciones que el periodista no podía conocer».

Se prevé que la corte entregue su veredicto el martes por la tarde.




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