El coronavirus infecta a más de 413.000 personas en el mundo y mata a 18.433

Por primera luego de tres meses de comenzar la crisis del coronavirus, China informó de que no registró ningún contagio local en su territorio ni siquiera en la castigada provincia de Hubei donde apareció el patógeno. El anuncio supone todo un hito para un país donde hace unas semanas los casos de nuevos infectados se contaban por miles y que tuvo que recurrir a drásticas medidas, ahora imitadas por otras naciones como: Italia o España; para frenar el avance del virus.

Según la Comisión Nacional de Salud, otro dato positivo es que el número de muertos se redujo a un solo dígito. En el último balance se sumaron ocho fallecidos, todos en Hubei, con lo que el total de víctimas mortales hasta la fecha asciende a 3 mil 245. Cabe recordar que en el gigante asiático, se contagiaron casi 81 mil personas, de las que 70 mil 420 ya se recuperaron.

China ya ve la luz al final del túnel gracias a sus medidas extremas

Cabe reiterar que no resultó fácil llegar hasta este punto. Tras los errores de bulto e intentos de encubrimiento iniciales por parte de las autoridades locales, el Gobierno central tomó las riendas de la crisis en enero y decretó una serie de medidas draconianas para frenar el avance del patógeno.

La provincia de Hubei, con sus 60 millones de habitantes, terminó puesta bajo estricta cuarentena; muchos millones más de ciudadanos a lo largo y ancho del país sufrieron graves restricciones a sus movimientos; se estrecharon los controles en calles y accesos a edificios públicos, transportes urbanos y los poco comercios que seguían abiertos; y la economía de la segunda mayor potencia del mundo quedó en punto muerto.

Al principio, las zonas más castigadas sufrieron la falta de test, material médico; guantes, mascarillas, trajes protectores y camas. Hubo casos de gente a la que se le mandó a casa sin someterla a la prueba de detección del coronavirus y que más tarde infectó a sus familiares.

La censura se esforzó por borrar las críticas de la población en las redes sociales. Y, las autoridades modificaron el método de contabilización de infectados varias veces, lo que sembró dudas sobre la veracidad de los datos oficiales.

Pero, gracias al gran esfuerzo de la movilización de recursos; personal médico, sanitario, la construcción de hospitales, las medidas de confinamiento y el escrupuloso respeto de la población a las indicaciones. No salir de casa, uso obligatorio de mascarillas en la vía púbica, mantener las distancias, el país dio la vuelta a la tortilla y controló el brote.

Nueva preocupación para China

Ahora, lo que más preocupa son los casos que llegan desde el extranjero, ya que podrían provocar de nuevo el brote. Con medio mundo afectado por la enfermedad del coronavirus, muchos chinos residentes en otros países están regresando a sus hogares para buscar refugio. Eso provocó un aumento significativo de los casos importados 34 en el último recuento, 189 en total, lo que llevó a las autoridades a decretar cuarentenas obligatorias para todos aquellos pasajeros, nacionales o extranjeros, que aterricen en Pekín y otras urbes chinas.

Mientras tanto, después de tantos sacrificios, la vida parece retomar poco a poco a las calles del país. Ya hay muchos más comercios y restaurantes abiertos, aunque las extremas medidas de higiene se mantienen. Algunos colegios de las zonas menos afectadas han vuelto a recibir a sus estudiantes. Y las autoridades redoblan sus llamamientos a reactivar la economía, una tarea que se adivina complicada, a la par que se levantan poco a poco las medidas restrictivas. Aun así, nadie quiere echar todavía las campanas al vuelo, y la mesura marca unos discursos oficiales en los que se incide en la necesidad de mantener las precauciones para evitar un rebrote.

Además, los buenos resultados obtenidos le sirven a Pekín para promocionar su método de gestión como el más acertado a la hora de controlar al virus. Este miércoles, el jefe del equipo médico de expertos chinos creado para combatir el virus, Zhong Nanshan, instó a Europa a adoptar medidas más proactivas contra la pandemia, identificar los contagios y ser más eficaces a la hora de poner en marcha restricciones y cuarentenas antes de que sea demasiado tarde.

“Hay países europeos que están llevando a cabo confinamientos en ciudades. Pero la gente sale por un café, se reúnen… Así no es cómo funcionan este tipo de cuarentenas”, aseguró el neumólogo de 83 años. A su juicio, los primero es “protegerse a uno mismo y después a los otros”, para lo cual deben evitarse las aglomeraciones, llevar mascarillas y, sobre todo, “hacer test, test y más test” para detectar nuevos casos, tal y como hicieron en China.

“Muchos médicos que estaban en la primera línea se contagiaron. Si ellos se infectan, se mina la confianza para ganar la batalla. Nosotros enviamos a Wuhan a cerca de 40.000 médicos de otras ciudades que estaban equipados y tenían la capacidad necesaria. Ellos no se infectaron. La protección es clave”, añadió.




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