Las autoridades chinas han ordenado la revisión de todas las plantas químicas del país tras la grave explosión registrada el pasado jueves en la provincia de Jiangsu (este del país), que ya acumula 78 muertos y 600 heridos.
El Comité de Seguridad del Trabajo del Consejo de Estado (Ejecutivo) anunció hoy que el país llevará a cabo una evaluación de riesgos en todos los parques de la industria química para eliminar los peligros de seguridad, y que reforzará el control y la gestión de los productos químicos peligrosos.
“Las autoridades de todos los niveles deben inspeccionar las empresas que participan en la fabricación y el almacenamiento de nitración para asegurarse de que cumplen con las regulaciones sobre sustancias químicas peligrosas”, apuntó el organismo.
Según los últimos datos publicados por la agencia oficial de noticias Xinhua, el número de muertos aumentó hoy a 78, después de que en las últimas horas se hayan encontrado los cuerpos de otras 14 personas.
El suceso, uno de los accidentes industriales más graves producidos en China en los últimos años, se produjo en torno a las 14.48 hora local (06.48 GMT) del pasado jueves tras declararse un incendio en una planta de pesticidas de la zona industrial.
Según informaciones publicadas por el diario independiente South China Morning Post, los ejecutivos de la planta fueron detenidos.
Informaciones de este diario señalaron que la empresa propietaria de la planta donde se originó el incendio había recibido seis sanciones administrativas por vulnerar la legislación de gestión de residuos, impacto ambiental y contaminación del aire.
Unas 3.000 personas fueron evacuadas de la zona, que poco a poco va volviendo a la normalidad. Hoy se reabrieron los diez colegios cerrados por haber sufrido daños.
Los accidentes son frecuentes en el sector industrial chino, en el que, pese a nuevas iniciativas, las normativas continúan siendo laxas.
El pasado 28 de noviembre al menos 22 personas murieron y otras 22 resultaron heridas en una explosión ocurrida cerca de una planta química en la ciudad de Zhangjiakou, a un centenar de kilómetros al noroeste de Pekín.
En 2015, la ciudad norteña de Tianjin fue protagonista de uno de los incidentes más trágicos de los últimos años, en el que perecieron al menos 170 personas tras una explosión en una terminal de contenedores del puerto de la urbe.