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(Foto referencial)

Son varias las circunstancias adversas que enfrentan los periodistas y medios de comunicación en Venezuela. Desde amenazas físicas y digitales, persecución, detenciones arbitrarias hasta el uso de instrumentos legales para motivar que se deje de publicar informaciones de interés público.

Todo este panorama preocupa en gran medida al relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Pedro Vaca, quien alertó sobre la creciente autocensura que los periodistas del país han admitido, como una situación que no es tan común en la región.

El funcionario participó en el seminario “Libertad de expresión en Venezuela. Estado de situación y líneas de acción”, organizado por la Asociación Civil Espacio Público, junto al Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, en alianza con la Unión Europea en Venezuela y las embajadas de Canadá, Francia, Alemania, Suiza, Australia, Colombia, y el Reino Unido.

Para él, es sumamente grave que exista lo que denominó como “un decálogo de términos que se pueden o no usar en programas de radio”, que se hagan allanamientos e inspecciones, no solo a sedes de medios, sino a residencias de columnistas, humoristas, periodistas y familiares, y que se encarcelen comunicadores sociales por instigación al odio y delitos informáticos.

A todo esto se agrega la utilización de recursos penales como terrorismo y traición a la patria, además de sanciones financieras exageradas. “El uso del derecho penal es incompatible con la libertad de expresión y eso tiene un efecto censura inmediato en la difusión de temas de interés público”.

También destacó los ataques a instalaciones de medios y organizaciones de periodistas, la destrucción de equipos de trabajo y retención de trabajadores de la prensa para obligarlos a borrar el material informativo registrado, lo que viola la libertad de expresión e información, los impedimentos de coberturas de hechos como protestas, jornadas de elecciones y procesos de vacunación, por ejemplo.

Etiquetas que atentan contra la libertad de expresión

El relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos fue insistente en que se debe dejar de lado la estigmatización y señalamientos que etiquetan a los periodistas.

“Les dicen mentirosos, instrumentos para desestabilizar el pueblo, basura de basura, los acusan de tener vínculos con organizaciones criminales y que son enemigos del pueblo por recibir financiamiento internacional de organizaciones que apoyan el periodismo independiente”.

Todo esto ocurre, aunque el Estado tiene el deber de investigar y sancionar. “Pero en Venezuela hay un clima de permisividad de agresión contra la prensa y eso genera un efecto de autocensura y se fomenta la cultura de impunidad, en la que las agresiones a la prensa están toleradas”.

Esta situación no solo afecta a los periodistas, también incluye a las fuentes informativas que tienen miedo de dar declaraciones porque existen “restricciones a la libertad y esto tiene impacto en calidad del debate publico que debe ser propiciado por los medios para que la ciudadanía tenga una comprensión de su entorno”.

Un cambio necesario

Vaca invitó a la comunidad internacional a respaldar la labor de periodistas venezolanos para que puedan tener la confianza de que sus aportes a la democracia no van a tener consecuencias en contra de su libertad o su vida.

“Es muy difícil para la prensa pensar el proceso que pueden enfrentar, los años de cárcel, hay que tener mucho temple, y el reclamo de la comunidad internacional es que ninguna persona debe pensar que por hacer periodismo va a ir a la cárcel”.

Para él, la autocensura termina siendo una atmosfera y es muy difícil reponerse a ella cuando se empieza a respirar. Por eso destacó que las cosas tienen que cambiar con puntos de partida democráticos que son claves.

“La prensa debe poder contar lo que está pasando para que la colectividad pueda tomar decisiones libres respecto a su futuro, que las publicaciones periodísticas generen un debate y que se cuente con la respuesta de las autoridades involucradas”. También se debe acabar la estigmatización de los trabajadores de la prensa y que se transparente la actuación del Estado.

Por un periodismo sin temores

Trabajar sin temor es un derecho de los periodistas y parte de la libertad de prensa. Así lo dijo tajantemente la consejera de la relatora especial de las Naciones Unidas para la libertad de opinión y de expresión, Judith Arenas.

Señaló que hay líderes políticos que consolidan su poder violentando esos derechos y Venezuela no es la excepción, e insistió en que los medios de comunicación deben tener independencia de su línea editorial respecto a órganos reguladores y que el pluralismo es indispensable para democracia.

Ella coincide con Vaca respecto a que el objetivo de gobiernos como el de Venezuela es “desalentar la publicación de informaciones de interés público”, y que el tema de seguridad del periodista no se limita a las agresiones físicas que pueda sufrir, sino a la persecución, el encarcelamiento y la impunidad de crímenes cometidos contra periodistas.

“Nos preocupan las interpretaciones legales para intimidar y castigar a periodistas y reprimir a los medios de comunicación y la libertad de expresión… Es una práctica feroz en el mundo. Demandas vejatorias e inconsistentes por difamación, infracciones financieras con el fin de acosar a periodistas y a medios de comunicación y esto lleva a la autocensura que es uno de los más grandes retos a los que se enfrentan los periodistas”.

Resaltó como grave la violencia digital que no necesariamente es perpetrada por el Estado, sino por fuerzas de seguidores. A eso se suman los mecanismos legales usados en Venezuela para concentrar el poder de los medios y cualquier tema que socave el pluralismo en materia de propiedad y competencia. «Son amenazas muy serias”.

El llamado de Arenas es a otros integrantes de la comunidad internacional para que presten atención especial a Venezuela, que den no solo señales de apoyo, sino acciones concretas para impulsar un cambio en el país.

El embajador de Canadá en Venezuela, Lois-Pierre Emond, elogió “la valentía de periodistas y trabajadores de medios en Venezuela quienes, pese a los ataques, informan sobre violación de los derechos humanos”.

Aseguró que el país que representa diplomáticamente considera que los medios son fundamentales para la libertad de expresión y opinión, pero diariamente en Venezuela se cometen ataques contra periodistas que informan sobre cosas que al gobierno no le gustan.

A Canadá le preocupa la progresiva desaparición de voces independientes y el incremento de la autocensura que se práctica para evitar consecuencias. “Está claro que se necesita un cambio, sabemos del deseo de los venezolanos de poder expresarse libremente y Canadá se compromete en esa lucha”.

Informar pese a las adversidades

Para relatar en primera persona cómo es hacer periodismo en Venezuela, fue invitada la jefa de redacción de El Carabobeño, Carolina González, al seminario “Libertad de expresión en Venezuela. Estado de situación y líneas de acción”.

Ella narró toda la persecución de la que ha sido víctima el medio, que nació en la dictadura de Juan Vicente Gómez hace casi 89 años y sobrevivió en su versión impresa hasta el 17 de marzo de 2016, cuando cesó la circulación por presiones del gobierno.

Todo comenzó enero de 2013 cuando Cadivi negó la liquidación de divisas para pagar el papel importado desde Canadá. “Después nos enfrentamos a una tortuosa relación con el Complejo Editorial Alfredo Maneiro con el que el gobierno monopolizó la venta de papel y censuró a medios que no se plegaban a sus peticiones”.

Fue un camino muy difícil liderado por el director del medio, Eladio Alemán Pérez quien decía que prefería ver el periódico lleno de telarañas que en manos equivocadas y por eso nunca aceptó venderlo.

Sin la edición diaria, El Carabobeño se enfocó en su sitio web y en la producción de un semanario que circuló por cinco meses porque los costos del papel eran insostenibles. “De tener 60 periodistas a cargo solo cinco nos quedamos en la web. Le pusimos mucho compromiso y cariño, impulsados por lectores que se volcaron a respaldarnos”.

Los ataques contra el medio no cesaron. El 20 de enero 2021 llegó una citación en calidad de investigado al reportero Kevin Arteaga por la cobertura de una protesta de una comunidad que mostraba pancartas con el nombre de una funcionaria del gobierno. “Una decena de medios cubrió la protesta, pero solo fue citado el periodista de El Carabobeño, el caso está en tribunales”.

El periodista de Armandoinfo, Roberto Deniz, también ponente del seminario, señaló que tener juicios abiertos es una práctica habitual del gobierno para amedrentar a periodistas, tal como le ha tocado vivirlo a él y al resto de los fundadores del portal de periodismo de investigación, aunque están en el exilio.

González resaltó que a El Carabobeño los funcionaros se niegan a darle declaraciones. “Somos un medio de denuncias de situaciones que enfrentan las comunidades y que ameritan una respuesta oficial que no podemos conseguir”.

Comentó también sobre los ataques recibidos a través de la cuenta en Instagram del medio en una campaña para descalificar la calidad de las informaciones de los periodistas y su veracidad. “Si publicábamos una reseña de 20 horas sin electricidad nos decían que buscamos desestabilizar”.

El ataque más reciente fue la citación recibida por la publicación de un trabajo de investigación, el 28 de junio de este año, sobre la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales La Mariposa, y sobre el que se pretende que se revelen las fuentes informativas. “Tenemos un video producto de una filtración, que fue verificado con más de una decena de fuentes confiables, pero las autoridades nos piden el nombre de quien lo hizo. No lo sabemos, pero también tenemos el derecho constitucional de resguardo de la fuente”.

Roberto Deniz, aún estando en el exilio, sigue enfrentando el acoso judicial. “Ya fuera de Venezuela, en 2018 se materializó la orden de prohibición de salida del país y Conatel nos exhortó a cumplir una prohibición que teníamos de mencionar a Alex Saab mientras estaba abierto el juicio de 2017 por la demanda que él nos hizo… En Venezuela los juicios pueden durar muchísimo para evitar que hagamos el trabajo”.

Él nunca imaginó que le tocaría hacer periodismo de investigación en el exilio. En octubre de 2021 se inició una nueva investigación por el supuesto delito de instigación al odio que sirve para perseguir y judicializar a periodistas.




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