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Cientos de médicos extranjeros esperaron este jueves durante horas a las puertas de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (Asofamech) para inscribirse en el Eunacom, el examen que da acceso a trabajar en el sistema público de salud del país.

«Actualmente aquí hay 600 personas para cumplir 450 cupos. Está demostrado que la Asofamech, que es un ente privado que administra este examen, no tiene ni la infraestructura ni los recursos para gestionar esta tarea», explicó a Efe Manuel Aranea, portavoz de la Asociación Chilena de Médicos Extranjeros.

Aranea cree que el Eunacom debería recaer sobre el Ministerio de Salud de Chile y consideró «indigna» la situación de los profesionales que esperaban.

«Hay médicos extranjeros que llegaron a la una de la mañana y durmieron en el suelo esperando para ser atendidos y poder reservar un puesto. Esto es denigrante para cualquier profesional que solo busca ser reconocido y validado para trabajar. La mayoría son médicos que ya llevan muchos años trabajando en Chile», incidió.

Criticó que este sistema deja a los candidatos, que provienen principalmente de Venezuela, Ecuador, Colombia y Cuba, sin opciones de presentarse para otro examen hasta casi dentro de un año y se felicitó por su comportamiento después de horas de espera.

«Hasta el momento se ha mantenido la calma y se ha respetado la fila, pero es muy probable que cuando los cupos se agoten, la gente se descontrole y empiece a volcarse en la puerta de la Asofamech», indicó.

Aranea negó que los médicos foráneos tengan más facilidades que los chilenos para pasar el examen y señaló que es incluso más difícil.

«Tienen la misma prueba teórica, pero además los extranjeros tienen otras cuatro adicionales de carácter práctico, en las que pasan visitas con médicos especialistas. Son exámenes que no tienen pauta de evaluación y carecen de objetividad», resaltó.

El portavoz de la Asociación Chilena de Médicos Extranjeros destacó que el sistema sanitario del país necesita foráneos para equilibrarse.

«Nos faltan 2.500 médicos para generar la base sanitaria que necesitamos. Por tanto, cabida para extranjeros sí hay. No vienen a quitar puestos de trabajos de médicos nacionales. Al contrario: vienen a cubrir plazas que los chilenos no quieren», insistió.

El colombiano David Fernández fue uno de los cientos que esperó a poder inscribirse para poder hacer el Eunacom y sufrió una cola que no le dejó con buen sabor de boca.

«Es una situación indigna porque en los trabajos nos están exigiendo tener el examen aprobado cuanto antes y en realidad los cupos son mínimos. Deberían mejorar la infraestructura», criticó.

Esta carencia atrae a médicos de otros lugares, que llegan a Chile en busca de una mejora en las condiciones de vida que les ofrece su país, como en el caso de la venezolana Cristelén Padrón, que aterrizó en Santiago este miércoles expresamente para inscribirse en el examen.

«Llevo aquí ocho horas. Vengo de Venezuela buscando un nuevo porvenir y necesito validar el título. He escuchado que hay mucha demanda y me han dicho que el cupo ya está cubierto, pero seguiré en la cola», comentó.

En caso de que no consiguiera apuntarse, Padrón maneja otras opciones.

«Si no me apunto ahora, lo haré en diciembre, y mientras intentaré trabajar en el sector privado con un permiso especial», concluyó.




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