Tomar el sol no es solo una cuestión de estética para broncear nuestra piel o como descanso en nuestro tiempo libre, debe además tomarse como una actividad beneficiosa para nuestro organismo

Los beneficios de tomar el sol para nuestra salud: Aumenta los niveles de vitamina D. Los rayos solares tras depositarse sobre la dermis forman la vitamina D. Es la única vitamina que no se adquiere mediante el consumo de alimentos, de ahí la importancia de tomar el sol. Regula la melatonina, una hormona de nuestro cuerpo encargada de regular el sueño.

Durante la noche sus niveles aumentan y nos produce cansancio y al amanecer sus niveles descienden y con ello despertamos. Resulta eficaz en enfermedades cutáneas como alopecia, vitíligo, psoriasis..

Aunque los rayos solares sean beneficiosos para el cuerpo, debemos tener en cuenta diferentes aspectos para tomar el sol de forma responsable.

En primer lugar, el tiempo de exposición solar. Si estamos en contacto 10-15 minutos con el sol o si por el contrario vamos a exponernos más tiempo,  debemos entonces protegernos adecuadamente. Otros factores y no menos importantes son nuestras características personales,  como color de ojos, pelo, piel y también nuestra edad. Todas ellas, determinarán el tipo de  factor de protección solar (FPS) a utilizar. Ahora bien; durante el verano la inclinación de los rayos solares es menor, por eso hace más calor y su capacidad para afectar negativamente aumenta.

Utilizar en este período del año un protector solar y evitar así los peligros de los rayos UV y UVA será por tanto, necesario. Aunque los rayos UVA y UV provengan ambos del sol, tienen algunas diferencias.

Los rayos UVA penetran en la dermis, no producen quemaduras a corto plazo, pero causan arrugas y manchas y pueden ser los causantes de un cáncer de piel. En cambio, los rayos UV provocan quemaduras en poco tiempo, son los responsables de broncear la piel, además de producir vitamina D. Aunque, también se les relaciona con el cáncer de piel.

Para evitar los efectos negativos del sol en nuestra piel, los protectores solares contienen filtros. Estos pueden ser químicos o minerales. Los primeros están elaborados con ingredientes sintéticos y los minerales tienen procedencia vegetal, como el Óxido de Zinc y el Dióxido de Titanio.

Los filtros químicos, son los que se utilizan en cosmética convencional. Su procedencia sintética absorbe algunas longitudes de onda de los rayos UV.

Además, al no ser ingredientes naturales tienen mayor capacidad para producir reacciones alérgicas y para contaminar el medio ambiente. En cambio, los filtros minerales crean una capa firme sobre la piel, en la que los rayos solares no son capaces de penetrar, evitando totalmente sus efectos negativos. Los solares que contienen este tipo de filtros, empiezan a hacer efecto desde el mismo momento de la aplicación. Su contenido exclusivo en ingredientes naturales, ofrece una menor predisposición a reacciones alérgicas y son biodegradables. Puedes encontrar protectores solares naturales. (Fuente: http://www.ecoticias.com)




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