Vladimir Antonio Hernández Quintero, cocinero, de 29 años, murió baleado por unos individuos que dispararon indiscriminadamente contra los asistentes a una fiesta en la platabanda de una casa en el barrio Los Aguacaticos, de La Vega.
Hernández trabajaba en un reconocido restaurante de Los Chaguaramos, vivía en Santa Teresa del Tuy, estado Miranda y era padre de dos niños que tienen 8 y 5 años.
No era conocido en la zona, a la que fue invitado por unos amigos. A las 11:00 de la noche del sábado 2 de junio, mientras los asistentes disfrutaban de la celebración, desde la calle dispararon contra la multitud. Hernández fue alcanzado en la cabeza y en un costado, otros invitados resultaron con lesiones leves, contusiones y excoriaciones, porque se atropellaron en la carrera y saltaron al vacío para salvarse.
Los vecinos trasladaron al cocinero al hospital Miguel Pérez Carreño, donde fue operado. A sus familiares les avisaron a las 4 de la madrugada del domingo, los médicos daban pocas esperanzas de vida para Hernández y les dijeron a los familiares que estaba muy grave.
Después de la operación fue llevado a la sala de terapia intensiva y el miércoles 6 falleció por un paro respiratorio.
Hernández era el mayor de seis hermanos. Tenía apenas un año trabajando en el restaurante y al retirarse el cocinero anterior le dieron el cargo a él porque había demostrado ser responsable y competente.