Fotografía: Saúl Zerpa Guillermo Manosalva informo sobre consecuencias de los apagones en el sector comercial.

Los continuos apagones que se registran en distintas zonas de la ciudad, tienen con las manos en la cabeza a los comerciantes, quienes se ven obligados a cerrar sus locales, cada vez que esto sucede, a pesar de estar conscientes de que la medida implica pérdidas.

El presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, Guillermo Manosalva, al hacer la denuncia, comentó que sólo el pasado lunes, el 80 por ciento de los comercios de la ciudad, tuvieron que bajar sus santamarías porque tenían mucho tiempo esperando la reposición del servicio de electricidad.

Manosalva citó que las ventas este año han estado muy bajas, por lo que los comerciantes esperan recuperarse en diciembre, pero si los apagones continúan, será bastante difícil.

El dirigente gremial dijo manejar información extraoficial, según la cual el problema se suscita por falta de mantenimiento en las plantas termoeléctricas de país. A eso se le debe adicionar que la escasez de divisas no ha permitido la compra de repuestos y de materiales que permitan el buen funcionamiento de estas plantas.

Guillermo Manosalva señaló que todo pareciera indicar que los apagones podrían seguirse produciendo, cuando el Guri baje sus niveles, por efectos de la culminación del período de lluvia, lo que a su vez disminuirá la producción de electricidad por generación hidroeléctrica.

Manosalva detalló que el lunes el apagón se produjo en el casco de a ciudad, hacia la parte norte, es decir que afectó la parroquia San José, el municipio Naguanagua y parte de San Diego. Pero el domingo estuvieron sin luz las parroquias Rafael Urdaneta y Miguel Peña, lo que a su entender implica una política de racionamiento del sistema eléctrico, producto de la falta de mantenimiento de las plantas.

El presidente de la Cámara de Comercio de Valencia precisó que la afectación por falta de electricidad, es en el 40 por ciento de los rubros, pero significativamente en las peluquerías, restaurantes y lavanderías, por la misma actividad que realizan. El resto de los comercios disminuyen considerablemente sus ingresos, al no poder vender porque los puntos para pasar las tarjetas no funcionan.

 




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