No es un panorama alentador. Ante la imposibilidad de reincorporarse a la dinámica económica debido a la extensión del decreto de cuarentena anunciado por el régimen madurista, los establecimientos comerciales no priorizados de la capital carabobeña podrían enfrentarse al cierre definitivo de sus santamarías, advirtió el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Valencia, Lorenzo Araujo.
“El planteamiento sigue siendo el mismo”, dijo el representante del sector comercial valenciano este miércoles 13 de mayo, en entrevista con El Carabobeño, al explicar que continuarán insistiendo en la propuesta presentada previamente sobre la extensión de los horarios laborales y la reactivación de los comercios pertenecientes a rubros distintos a los de alimentación y medicinas.
Esta petición se suma a la que también han hecho otras instituciones como la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustrias), la Cámara de Industriales del estado Carabobo (CIEC) y Fedecámaras, quienes apuestan a una desescalada ordenada y metódica que permita a las compañías que han estado paralizadas durante los últimos 60 días producir para generar flujo de caja.
A su juicio, si se mantiene la paralización de estos negocios durante 30 días más, tal y como fue decretado este martes 12 de mayo por Nicolás Maduro, serán muy pocos los que podrán abrir sus puertas nuevamente una vez finalizado el confinamiento. Esto ante la imposibilidad de cumplir con el pago de sus obligaciones por la falta de producción.
Es una situación que no solo afectaría a los empleadores, sino también a los empleados. “Gran parte de esos comercios están prácticamente quebrados. Es muy difícil, porque además se van a perder muchas plazas de trabajo”, señaló Araujo.
Abrir a pesar de los riesgos
En Valencia, cada día se hace más notoria la apertura de pequeños locales comerciales pertenecientes a sectores no priorizados. Según el vocero de la cámara, la necesidad económica es la que ha obligado a muchos de estos comerciantes a tomar riesgos y abrir sus santamarías, a pesar de las prohibiciones.
Mientras que el comercio formal permanece cerrado, el informal está buscan la manera de abrir, aseguró. “Por ejemplo, hemos encontrado que algunas caucheras pequeñas e informales se mantienen abiertas, pero los grandes expendedores de cauchos y proveedores de servicios de alineación y balanceo, cerrados”.
Durante su alocución del martes por la noche, Maduro fue enfático al mencionar que solo se mantendrán produciendo los sectores de alimentos y medicinas. El resto deberá mantenerse “hibernando” durante los 30 días de la cuarentena.
Por su parte el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, manifestó que no está dispuesto a “aflojar” las medidas del distanciamiento social en la entidad federal.
