Juan Andrés tenía un plan para celebrar el aniversario con su novia: Ir a comer hamburguesas en su local favorito al norte de Valencia. Pero el IGTF le impidió lograr su objetivo. La noche del miércoles llegaron y se sentaron la mesa que acostumbran, y antes de hacer su pedido el mesonero les indicó que solo estaban recibiendo pagos en bolívares.
Él solo tenía dólares en efectivo y es así como suele pagar en ese negocio. Al principio le pareció una broma porque hace más de un año que casi todos sus pagos los hace en moneda extrajera sin ningún otro problema que el cambio, pero que ya se ha solventado con la opción del pago móvil.
Habló con el encargado del local quien le explicó que desde el lunes solo estaban aceptando bolívares por temor a ser sancionados al no contar con la máquina fiscal que le permita hacer el cobro del 3 % del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) y al desconocer cómo es el sistema para integrar lo correspondiente a ese tributo al Seniat.
Una nueva dinámica
La confusión y la incertidumbre han sido determinantes durante esta semana para el sector comercial. “Hasta ahora no se sabe cómo se cobrará y, peor aún, de cómo ingresarlo al fisco por falta de adecuación de la plataforma de facturación y de las impresoras fiscales”, relató el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, Lorenzo Araujo.
De acuerdo con sus datos, no todos los sistemas existentes, y que costaron mucho dinero a los comerciantes, permiten esa modalidad de cobro adicional. “Eso ha originado que algunos se abstengan de recibir pagos en divisas hasta que se aclare la situación.
Hay negocios grandes, como cadenas de supermercados, que aceptan pagos en dólares, como lo hacían desde hace meses, y en las facturas que entregan a los clientes aún no está reflejado el IGTF porque no está definido el mecanismo para hacerlo.
Para aquellos que prefieren no arriesgarse en medio de este vacío legal y suspendieron la venta de sus productos en divisas, esto representa una pérdida importante de ingresos porque, hasta la semana pasada, el 65 % de las ventas en Valencia estaba asociado a dólares en efectivo y electrónicos, según los reportes de la Cámara de Comercio.
El problema de los bolívares
Juan Andrés tuvo una idea: Poner en venta 20 dólares para tener bolívares y así seguir celebrando su aniversario. Esperó unos minutos y no tuvo suerte. Ninguno de sus contactos que suelen comprar divisas en efectivo tenía bolívares.
Y es que cada día es más difícil cambiar dólares por bolívares, una práctica que antes era muy común. “No hay suficientes bolívares en el mercado y si el estado los emite para compensar, eso repercute en un aumento de la inflación que es lo que están evitando”.
Con la entrada en vigencia del IGTF existe la necesidad de los ciudadanos de contar con la moneda nacional y así evadir ese 3 % en sus compras que afecta en gran medida a su economía familiar.
Es por esto que, Ángela Pérez, al necesitar completar las medicinas del mes de sus padres, fue a una sucursal de una red de farmacias importante de Carabobo con un billete de 50 dólares y gastó menos de cinco.
Al llegar a la caja le dijo a la empleada que le diera el cambio por pago móvil y al tener esos bolívares en su cuenta, pudo hacer sus compras sin tener que pagar el IGTF que en ese establecimiento sí están cobrando al tener su plataforma ajustada desde Caracas.
El presidente de Fedecámaras Carabobo, Rafael Trejo, señaló que el IGTF ha creado un gran caos y preocupación entre consumidores y comerciantes. “No hay información clara sobre su aplicación y es algo que incrementa los costos, justamente en un momento en el que se sentía una mejora de la economía”.
Desde su publicación en Gaceta Oficial, gremios como Fedecámaras han solicitado su revisión y consulta. “Este impuesto lo que hace es generar incertidumbre y puede propiciar un aumento de la informalidad, definitivamente se debe revisar a fondo y esperemos que el Ejecutivo lo analice”.
