El diálogo en Venezuela es necesario, sabemos que es la única forma a través de la que podremos salir de este conflicto, de forma pacífica, y evitando enfrentamientos que muy posiblemente tendrían un violento desenlace. También confiamos en la buena voluntad del Vaticano y su enviado especial, monseñor Claudio María Celli.

Pero también debemos recordar que ésta no es la primera vez que existe una mesa de diálogo con el gobierno, que siempre ha hablado de reconciliación y paz, mostrándose sumiso ante la opinión pública internacional, pero que siempre ha respondido a las peticiones de la oposición con violencia y represión, echando por tierra todos sus discursos.

Esta misma semana no fue la excepción, vimos cómo liberaron a 3 presos políticos al tiempo que ignorando órdenes médicas y una orden judicial, el régimen le negó a nuestro hermano Rosmit Mantilla una operación que necesita con urgencia. Fuimos testigos de cómo el presidente Nicolás Maduro ofreció enviar a la cárcel a Freddy Guevara por dejar claro que Voluntad Popular no está dispuesta a sentarse en una mesa de diálogo sin que el gobierno de muestras de sinceridad.

No creemos en un gobierno que deja a sus ciudadanos buscar comida en la basura  por falta de alimentos, motivar desespero en las familias venezolanas cuando existe una enfermedad en casa, porque buscar las medicinas se ha convertido en una labor imposible; y es que cada vez son más los venezolanos que mueren de mengua en los hospitales. De acuerdo a un reportaje publicado en el Wall Street Journal en nuestro país tenemos índices de mortalidad infantil de 18,7 por cada mil, superiores a los registrados en Siria, un país que está devastado por la guerra en donde la tasa se sitúa en 15,4 por cada mil.

No creemos que podamos dialogar con un gobierno que sigue teniendo de bufete personal al Tribunal Supremo de Justicia, y un politizado Consejo Nacional Electoral. En la misma forma en la que no creemos que mantiene injustamente detenido a Leopoldo López, a quien constantemente le violan los derechos humanos, y le niegan la visita de su esposa e hijos.

Un régimen que anunció la liberación de 5 presos políticos, una decisión que aplaudimos, pero no podemos olvidar que aún existen más de 100 venezolanos encerrados en las cárceles venezolanos porque el régimen decidió que pensar diferente es un delito.

Por estas razones es que exigimos muestras concretas de sinceridad antes de sentarnos a dialogar, que abran el canal humanitario para evitar que venezolanos sigan escarbando en la basura o visitando cientos de farmacias en busca de medicamentos y que liberen a todos los presos políticos.

Como dije al inicio, sabemos que el diálogo es la vía correcta para conseguir la salida pacífica a este confligto, pero no puede ser un diálogo a ciegas, que sólo sirva para que el régimen tome una bocanada de aire en estos momentos de desesperación.




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