Todo comenzó en diciembre de 1998 cuando el pueblo venezolano, frente al desprestigio de los viejos partidos políticos tradicionales que, durante 40 años habían manipulado el poder, eligió, con una mayoría absoluta a pesar de un 60% de abstención (!) al Tn. Coronel Hugo Chávez Frías como presidente. La situación del país era muy grave, con una corrupción que, cual metástasis incontenible, había invadido los más apartados sectores de la vida nacional, con una educación completamente desasistida, con los hospitales totalmente ineficaces, con una delincuencia que se había convertido en dueña absoluta del país, – absolutamente nada que ver con lo que sucede ahora – el país estaba en pleno proceso de descomposición.
Frente a ese cataclisma económico, social y político, surge desde abajo la candidatura de un hombre como Chávez, pujante, ambicioso, autoritario, ávido de poder y con un carisma que le permitió conquistar la simpatía…y el voto de un electorado decepcionado pero con la esperanza de haber finalmente encontrado a un “caudillo” capaz de levantar el país de ese baratro en el cual la burocracia de una partitocracia corrupta lo había hundido. Fué tanta la ilusión de ese pobre pueblo maltrecho y vulgarmente utilizado solamente como trampolín para alcanzar el poder, que a la mayoría de la gente no le importó ni el pasado golpista ni esa agresividad, esa egolatría y esa violencia que había ostentado en los comicios, considerandolo más bien como una prerrogativa propia de una campaña electoral. Sin embargo fué una ilusión efímera, porque al tomar posesión de la presidencia, su comportamiento se volvió aún más violento y agresivo. Se puso de manifiesto su espíritu golpista, en realidad nunca adormecido, comenzó a hablar de “revolución”, se enajenó” a todos los sectores importantes y productores del país, se fué enemistando a los medios de comunicación, a esos mismo medios que durante la campaña electoral en parte lo habían apoyado y en parte habían mantenido una actitud de imparcialidad, los agredió, los insultó, los amenazó! Dividió el país, estimuló una peligrosa lucha de clase, sembró odio, actuó como mandatario parcializado, no supo ganarse el apoyo de esa clase media ni de esa pequeña y mediana burguesía que lo había votado, inculcó adversión hacia esa minoría que no le había dado el voto tachándola de “escuálida, de oligarca, de anti patriota,de contrarrevolucionaria , de golpista, una minoría que pero, gracias a la incapacidad administrativa de Chávez, a su engreimiento, a su política sectaria y equivocada, a su agresividad, a la maxi corrupción que ha propiciado y a la ineptitud de su gobierno, se ha convertido en aplastante mayoría! Y lo interesante de esa “aplastante mayoría” es que no está representada, como decía Chávez en sus aburridisimas intervenciones televisivas , por pequeños grupos oligarcas y fascistas, sino por una masiva alianza sumamente heterogénea pero unida, que abarcaba desde la derecha hasta la izquierda y cuyo único objetivo, antes de actuar en defensa de sus propios intereses, era y sigue siendo el de sacar primero a Chávez y luego a Maduro de la presidencia! Está en juego el futuro del país, un futuro sumamente comprometido por unos hombres – primero Chávez y luego Maduro – que han demostrado de sobra, inmadurez e incapacidad para ejercer funciones de gobierno, gente con una innata propensión al despilfarro, a la malversación de los dineros públicos, a la tolerancia de la corrupción, gente arrogante y violenta que ha tenido el arrojo de calificar a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que habían sentenciado en su contra, de “plasta”, instando a la ciudadanía a no acatar sus sentencias, gente que en actos oficiales ha denigrado a los más altos representantes de la Iglesia Católica, tildándolos de “tumores malignos” para el país, en fin, gente antidemocrática que ha tenido el desparpajo de declarar que no renunciaría jamás, así se lo pida el 90% de Los venezolanos.
Gloria a ese bravo pueblo entonces que, a cuesta de tantos sacrificios está luchando en contra de esa maltrecha democracia venezolana! Ha brotado de nuevo la esperanza por una Venezuela nueva, más justa, más honesta y todos debemos luchar para que esto no sea solamente un sueño.
Martin Luther King decía “si un hombre sueña solo, el sueño se queda en sueño, mas si muchos hombres sueñan juntos el mismo sueño, el sueño puede convertirse en realidad! Que así sea!
Desde ItaliaPaolo Montanari Tigri