Aunque la mayoría de los habitantes de estos lugares ya los han abandonado a causa de la intensidad y la duración de los combates en el área, más de 2.000 personas permanecen aún en la zona.
Según la Cruz Roja, la mayoría de ellas son desplazados internos provenientes de otras ciudades tomadas por el ejército ruso, ancianos con escasa movilidad, personas discapacitadas y civiles que se niegan a abandonar sus hogares.
La llegada de los convoyes de la Cruz Roja ha coincidido con la visita por sorpresa al frente del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
El convoy de Konstantínovka transportó 1.500 paquetes de ayuda humanitaria con artículos higiénicos de primera necesidad, así como 800 lámparas solares y mantas.
En Chasiv Yar y en Selydove la organización humanitaria proporcionó 18 toneladas de alimentos y 6.000 litros de agua, respectivamente.
Las autoridades locales esperan que la población pueda resistir un mes más en Selydove y diez días más en Chasiv Yar gracias a estos suministros de emergencia de la Cruz Roja.
El comité llamó a los ejércitos ruso y ucraniano a respetar el derecho internacional y a permitir la llegada de ayuda humanitaria y de asistencia a las zonas más castigadas por el conflicto.
La ciudad de Bajmut se ha convertido en los últimos meses en el epicentro de una cruenta batalla en la que, además de los soldados de los países beligerantes, luchan también los miembros del grupo de mercenarios Wagner.