Con  frecuencia algunas personas presentan cuadros de vértigo. Una sensación subjetiva de que todo a su alrededor se mueve, o ella misma lo hace, la cual puede deberse entre otras muchas causas a un trastorno funcional del órgano del equilibrio que se halla en lo más profundo del oído interno, también conocido como laberinto.

Cuando se tiene esta percepción es conveniente acudir al médico para identificar el origen; puede producir incapacidad transitoria, suele ser molesta, pero en muchos pacientes la causa  no grave. Los vértigos se distinguen según su causa en centrales y periféricos. Los primeros, se originan en el sistema nervioso y están relacionados con infartos o hemorragias cerebrales, enfermedades degenerativas o desmielinizantes y tumores, entre otros.

Los segundos, tienen su origen en  alteraciones en el funcionamiento del oído interno, sus nervios y su irrigación sanguínea. El más frecuente, tanto en hombres como en mujeres,  es el vértigo postural paroxístico benigno (V.P.P.B), que aparece cuando la persona mueve la cabeza.

Esta condición se produce por la migración de partículas de calcio, conocidas como otoconias, que en condiciones normales se hallan en la utrícula del oído interno y que se mueven de su posición original, y se introducen en los canales semicirculares produciendo esa sensación súbita, explicó la otorrinolaringóloga doctora Elizabeth Garrido.

Señaló que los vértigos pueden producirse también por procesos infecciosos o tóxicos en el oído interno llamados  Laberintitis (desorden infamatorio), Síndrome de Ménière  (hipertensión en los líquidos del laberinto), y puede acompañar a ciertos tipos de dolores de cabeza.

Otras posibles causas son: enfermedades fuera del oído como la anemia, diabetes y trastornos de la glándula tiroides, así como la sensibilidad aumentada de las personas a los movimientos. “Tanto niños como adultos pueden presentar esta sensación a la viajar en vehículos automotores y al navegar, condición que se conoce como cinetosis”, señaló la especialista.

Sintomatología

La doctora Elizabeth Garrido explicó que los vértigos pueden producir alteraciones de la marcha y postura con inestabilidad, visión doble, cefalea intensa, disminución de la audición por uno o los dos oídos, sudoración, taquicardia, náuseas o vómitos, entre otros síntomas.

Cuando los episodios son largos o recurrentes, impiden caminar, es necesario acudir al médico, quien a través del interrogatorio y examen físico del paciente puede definir el diagnóstico.

Tratamiento farmacológico

Entre los fármacos indicados para el tratamiento de los diferentes tipos de vértigos está el dimenhidrinato, que disminuye la sensación de movimiento y los síntomas que la acompañan, ayudando al paciente a mejorar su calidad de vida mientras se resuelve el problema, indicó Garrido.

Y aunque aunque se puede adquirir sin prescripción, se recomienda la evaluación especializada antes de consumirlo.




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